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Apartamentos de lujo en la antigua casa de Hitler

    La casa donde nació Hitler// Fuente: www.publico.es


    La ciudad austriaca de Braunau, pintoresca y llena de encanto, esconde en su cara oculta la versión oscura y nacionalsocialista del Portal de Belén. Los vecinos de la localidad cargan sobre sus hombros con un lastre turístico: en una de sus calles nació, en 1889, Adolf Hitler. El hombre que conquistó al mundo con su ópera prima, un réquiem de metralla y bombas que llevaba por nombre 'Segunda Guerra Mundial'.

    Es como una maldición: no hay día que no se lo recuerden, y ninguna mente cabal puede convertir a Hitler en un monumento, en un Patrimonio Local. No cuando la mención de su nombre tiene el poder de invocar escenas desgarradoras en la memoria, incluso en aquellas personas que no las presenciaron . Siempre será el "coco" de los cuentos de los niños pequeños en su versión más atroz, mortífera y adulta; y los de Braunau se han resignado a ser recordados como el pueblo que lo vio nacer.

    La penúltima aparición mediática de este edificio fue en 2009, cuando la venta de la propiedad fue objeto de un intenso y polémico debate entre los vecinos de la ciudad austriaca: mientras que un sector defendía su conversión en un museo o memorial, otros alzaban la voz pidiendo que todo lazo de parentesco que les uniera con el fallecido dictador fuera erradicado antes de que la propiedad cayera en manos de un admirador del lider nazi, que pretendía construir en ella un santuario en su honor. El alcalde de la ciudad, Gerhard Skiba, prometió en aquel entonces hacer cuanto estuviera en su mano para impedir que ocurriera semejante falta de respeto hacia las víctimas del holocausto y los valores humanos, aunque el ayuntamiento no contaba con fondos suficientes para comprar la propiedad.

    Tres años más tarde, después de que el edificio se pluriemplease como sede de una organización de ayuda a minusválidos, una biblioteca, un banco y un instituto técnico; la amenaza de resucitar, aún más si cabe, el fantasma de Hitler en la Historia se disolvió el pasado 25 de septiembre, cuando el alcalde de la localidad aprobó con un consorcio de empresas constructoras la conversión del edificio donde nació Hitler en un complejo de apartamentos de lujo cuyo precio está valorado en 650.000 dólares.

    Aunque el nuevo uso destinado a la vivienda estaba pensado para tranquilizar a la población, lo cierto es que ha conseguido echarle más leña al debate. Se hornean opiniones diversas y contrarias: los que pecan de una moralidad excesiva o sienten más frescas en la memoria las heridas de la Segunda Guerra Mundial consideran improcedente y superficial convertir el pesebre del lider nacista en una torre de viviendas de lujo que serán ocupadas por un sector económicamente despreocupado, que pueden permitirse vivir el día a día sin preocuparse de la crisis y otros problemas mundanos que afectan a la media de la población. Otros, sin embargo, consideran que este lavado de cara al que van a someter al edificio es el camino correcto. Una mano de pintura no conseguirá tapar la gran quemadura que abrió el nazismo en la humanidad, pero evitará el mayor temor de los vecinos de Braunau: que se convierta en el lugar de peregrinaje para la generación neonazi que se empeña en mantener la brecha abierta y la llama ardiendo, y disolver levemente esa sombra histórica que se cierne sobre el edificio. Un mensaje subliminal de que los tiempos cambian y la vida sigue aunque el recuerdo perdure, que se extrae de la inscripción que colocaron en la fachada en memoria de las víctimas y afectados por el holocausto: "Por la paz, la libertad y la democracia. Nunca más el fascismo. Millones de muertos son nuestro recordatorio".

    Por ello, a los interesados en darle una segunda oportunidad a esta vivienda escribiendo encima de sus oscuros antecedentes capítulos de una nueva historia llena de luz y escasa de sombras, lo mejor que podemos decirles es... Willkommen!