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La Maison Bulle, la casa futurista de Pierre Cardin
Sabemos que los diseñadores de moda suelen ser extravagantes. El arte corre por sus venas y en su imaginación, y eso lo palpan en cada de sus diseños, y por qué no, en sus gustos. Un ejemplo de esta extravagancia es la preciosa "casa burbuja", mejor conocida como Maison Bulles que el diseñador Pierre Cardin mandó construir en la Costa Azul francesa.
El encargado de realizar esta peculiar vivienda fue el arquitecto Antti Lovag, en la localidad francesa de Théocule sur Mer muy cerca de Niza y la bella localidad de Cannes. Aquí se ubica este palacio rosa de aspecto futurista que llama la atención de cualquiera que lo sitúa a lo lejos.
Por desgracia, la estructura no fue acabada nunca, pero aun así, sigue guardando su esplendor. El proyecto fue iniciado en 1989 y ahora pertenece al Patrimonio de Monumentos Históricos francés. La casa tiene formas circundantes, como pompas de jabón que se van uniendo unas con otras, formando la estructura de esta casa tan pomposa. Todo tiene forma redondeada. Por supuesto, la casa es de grandes dimensiones, con 1200 metros cuadrados. El precioso jardín que lo rodea es de 8500m2.
Camas redondas, ventanas de la misma forma -ojos de buey-, sofás de formas sinuosas, lámparas y esculturas sacadas de la imaginación de Cardin. Pasillos curvilíneos, escaleras y diferentes túneles subterráneos comunican cada una de las estancias. Aquí no hay cabida para esquinas y líneas rectas.
Una gran piscina redonda con su pequeña cascada nos invita a refrescarnos con vistas al mar Mediterráneo. Si lo preferimos, entre palmeras tenemos una larga piscina donde disfrutar de una tarde de brazadas. Los porches curvados en pequeños rincones nos invitan a relajarnos disfrutando del precioso paisaje de la Costa Azul. Pequeños mueblos de estilo minimalista bailan solitarios en las habitaciones, bañeras redondas en los baños para darnos un baño caliente, camas redondas en las habitaciones que nos dan la sensación de dormir en un fondo marino o en un paisaje lunar. Sillones con formas extrañas en los que no sabemos si sentarnos por no confundirlos con una escultura...
Incluso encontramos pequeños miradores interiores en los que un sofá de forma curvilínea nos invita a disfrutar de las vistas, pero resguardados. Grandes rincones redondeados con infinidad de asientos nos hacen disfrutar de largas tertulias con amigos acompañados del mar. Un paisaje absolutamente futurista que nos hace pensar si verdaderamente estamos en este planeta. La mente del diseñador Pierre Cardin se une a la creatividad del arquitecto para crear esta casa asombrosa. Sin duda, los mejores diseños no son los que desfilan en las pasarelas. El arte, va más allá.