Status
Rafael Medina, el lujo inteligente
Rafael Medina Abascal, Duque de Feria, posee la personalidad de un auténtico Traditional Trendy, emprendedor, con inquietudes, al que le gusta disfrutar "de las cosas que tienen alma".
Su fama de hombre elegante es innegable, pero Rafael Medina Abascal nos descubre en esta entrevista que es mucho más que una imagen, que su día a día no son las portadas de la prensa del corazón. A sus 32 años vive con los pies en la tierra y tiene las ideas muy claras sobre como dirigir su negocio, la firma de moda Scalpers. Nos recibe, impecable, en su tienda de la calle Velázquez en Madrid. Allí, recién llegado de su luna de miel donde ha descubierto la fascinación de la India, entre trajes a medida, nos cuenta su pasado, presente y futuro profesional, sus inquietudes y sus gustos.
¿Cuál es tu modelo de negocio?
Scalpers es un negocio de moda de hombre donde se aúna el estilo anglosajón, americano, con el clasicismo europeo, en este caso español, siempre teniendo en cuenta la calidad. El negocio, que empezó con una pequeña tienda en Madrid, cuenta ya con 12 en España.
Lo que tratamos es de llegar a ese hombre que le gusta vestirse bien, que tiene inquietudes no sólo por la moda, sino también por viajar, por hacer deporte. Mi modelo de negocio no es dar sólo una colección prêt-à-porter sino también sastrería a medida, como damos aquí en la tienda de Velázquez. De las 12 que tenemos, hay 3 que tienen sastrería a medida. Es una cosa bastante complicada porque actualmente ya no hay tantos oficiales como antes y es algo que hay que hacer muy bien para dar un buen servicio al cliente, por eso no lo tenemos en todas las tiendas -y también porque no todas las ciudades tienen ese perfil de cliente-.
Nuestros comienzos vinieron de la medida, los primeros clientes que tuvimos eran notarios, abogados, banqueros... a los que no sólo les vendíamos corbatas que hacía yo y que vendíamos puerta a puerta, sino que también les vendíamos camisas y trajes a medida.
¿Hacia dónde quieres dirigir la marca?
La idea es consolidar el modelo de negocio en España y luego dar el salto fuera. Hemos ido a tres ferias y nos han visitado muchos escandinavos, gente del Este de Europa, Norteamérica, Sudamérica, Asia. interesándose por el producto y creemos que puede ser interesante el día de mañana salir fuera de nuestras fronteras. Lo que no olvidamos es que no somos una industria, no somos un grupo Inditex o un grupo Mango, no tenemos 30 años de aprendizaje detrás, somos tres socios, tres amigos, que sabemos que hay que ir poco a poco.
¿En qué países crees que puede encajar Scalpers?
Ahora mismo estamos vendiendo los famosos zapatitos de terciopelo slippers en muchos países. La idea es convertir el sótano de esta tienda en un showroom para que podamos presentar las colecciones seis meses antes, porque los clientes tienen que comprar con mucha antelación. Todo eso exige un montaje y a día de hoy todavía no tenemos la estructura al cien por cien, sólo hemos llegado al 40 por ciento. Vamos poco a poco porque tenemos que saber trabajar con las herramientas que tenemos.
¿Cómo está estructurada la empresa?
Somos tres socios y cada uno tiene su fuerte. Uno se encarga del aspecto logístico y financiero, que está en Sevilla. Allí está nuestro almacén. Por otro lado, el trabajo más feo, más duro, que es el de producción lo lleva el otro socio, que se encarga de pelearse, como hacen todas las empresas de moda, con las fábricas, la compra del algodón, el merino,.buscar nuevos proveedores. Y yo me ocupo un poco más del diseño de la colección, buscar tendencias, buscar el ADN de la marca.
En nuestros comienzos teníamos dos o tres productos que no estaban mal pero sin personalidad y ahora con el equipo de marketing y comunicación, en el que trabajamos tres personas, intentamos darle ese ADN a la marca. Además realizamos los catálogos, relaciones con terceros, el be to be , (gran parte de nuestros comienzos fue el be to be con lo que conseguimos muchas campañas para Telefónica y otras empresas que nos proporcionaron volumen y eso después a la hora de ir a los bancos es importante). También entre los tres realizamos otras tareas de forma conjunta como es la expansión...intentar que todos los pilares se mantengan.
Un golpe para una gran empresa no es importante pero para nosotros sí. Vamos con los pies bastante firmes y sabiendo lo que hay que hacer y que no. En el mundo textil ha habido grandes éxitos y grandes fracasos, casi se puede decir que más fracasos que éxitos. La gran envidia de este sector es Amancio Ortega, que para mí es una eminencia, las universidades tendrían que estudiar el caso de este hombre que ha cambiado la manera de entender la moda.
¿La crisis es una oportunidad?
Nosotros no sabemos lo que es el optimismo, no sabemos lo que son grandes crestas de ola porque nacimos con la crisis de las subprime americanas en 2007. Desde que hemos nacido estamos en crisis, con lo cual nos estamos dando cuenta de que si el país está pasando por lo que está pasando -que es una realidad, una realidad de casi un 20 por ciento de paro- y nos estamos manteniendo, significa que hemos sabido manejar esta oportunidad de crisis.
Al ver cómo otros nos han copiado quiere decir que algo estamos haciendo bien. Por eso la crisis, a día de hoy, no la hemos notado porque no tenemos referencias, hemos nacido en la crisis, hemos nacido con la gente sin dinero, pero hemos sabido aprovechar un nicho de mercado que no había.
¿Cómo ha sido la evolución del negocio?
Después de vivir diez años en Estados Unidos y de trabajar en Credit Suisse, me di cuenta de que en Madrid no había corbatas a un precio normal (65/70 euros) con un diseño joven, actual. O te comprabas las de 150 euros de Façonnable, Ralph Lauren, Hackett o las españolas de Loewe, también estaban las Lester de toda la vida para un cliente más clásico y un target de unos 50 años, ,. pero no había para ese público joven.
Actualmente mi modelo de negocio ha cambiado porque el target de nuestro cliente ha cambiado. Al principio, como te comentaba, eran banqueros, notarios, abogados, directivos. un sector alto pero no lo teníamos muy definido. Con el tiempo estamos llegando a un target entre 22 y 35 años y esto lo hemos ido definiendo con el tiempo, viendo hacia dónde queríamos llevar la marca, con un precio medio.
¿Cómo es tu manera de vivir? ¿Qué es un 'Traditional Trendy'?
Desde hace un año soy el embajador de Glenfiddich en España. El Traditional Trendy es una persona con la que yo me identifico mucho. Es una persona a la que le gusta viajar, conocer, estar a la vanguardia de la tecnología, conocer nuevos restaurantes, sitios de moda, una persona a la que le encanta vivir y disfrutar la vida en todos sus aspectos y en las pequeñas cosas, deportista, emprendedor... Glenfiddich ha creado una plataforma en Internet con una guía para ver las cosas que pasan por ejemplo en Madrid o Barcelona.
He tenido la oportunidad de ir a Escocia y conocer esos pequeños detalles que la gente no sabe del proceso de elaboración de un buen whisky de malta, saber interpretar los sabores, los procesos de calidad y producción... Allí realizamos también la cata para la edición especial que se va a lanzar del año que nací, 1978.
Y en un aspecto más personal, ¿cómo es tu manera de vestir, qué gustos tienes en cuanto a coches, relojes, deportes...?
En cuanto a ropa, el que trabaja en la moda al final transmite un poco lo que vende, luego los fines de semana voy más desenfadado, porque hago mucho más deporte, aunque entre semana también me encanta practicarlo... El año pasado, por ejemplo, corrí la maratón de Nueva York, este año no he podido porque estaba de luna de miel -he estado en China, en la India,...he pasado tres semanas descubriendo, no conocía la India y me ha encantado-, me gusta correr, esquiar, este año voy a hacer dos triatlones, el fútbol, el paddle.
Sobre tipos de coche prefiero los que no llamen la atención, bastante la llamo yo. (mide casi 2 m).
Los relojes sí son una de mis pasiones (en el momento de la entrevista lleva en la muñeca su reloj de pedida, un Jacquet Droz). Me gustan los relojes de culto más que los comerciales.
¿Cuáles son tus virtudes y tus defectos?
Empiezo por lo malo... En el trabajo voy demasiado acelerado y me cuesta centrarme desde el principio en lo que debo. Cuando me doy cuenta de que he metido la pata, ya es muy tarde y no puedo hacer nada. Eso me pasa mucho a todos los niveles.
Soy un poco cabezota con determinadas maneras de trabajar, quizá por mi educación anglosajona. Cuando veo que los de alrededor no van al mismo ritmo que yo, me pongo un poco nervioso.
En cuanto a las virtudes, yo no soy quién para decirlas, pero creo que uno es el reflejo de la vida que lleva y lo que ha hecho. No es que sea una virtud, pero al final el poder desarrollarte profesional y personalmente de una manera racional, normal y tranquila es lo más positivo, porque con todas las vueltas que da la vida y los altibajos que pasamos todos. Virtud es que ahora mismo tengo la suerte de poder trabajar donde me gusta y tener una familia y amigos que me quieren y les quiero. Es la única virtud que te puedo decir que tengo porque en realidad todavía no he hecho nada, ¡tengo 32 años!
¿Cómo ha influido tu madre a la hora de que tú te dediques a la moda?
En nada, porque su concepto de belleza está en una galaxia muy superior a lo que yo estoy haciendo, en cuanto a moda se refiere. Ella se dedica a otras cosas a otro nivel. Quizá me pudo ayudar al principio a la hora de dos o tres consultas puntuales y nada más. Yo me di cuenta cuando estaba trabajando en Credit Suisse que lo que me divertía era otra cosa y donde yo podía aportar mi granito de arena.
¿Qué significa para ti el lujo?
Yo no creo en el lujo material, prefiero el lujo inteligente, el que dure de por vida, cosas que tengan alma, que no sean ostentosas. Me gusta disfrutar de cosas sencillas como poder comer en una playa con los pies descalzos, beber agua del grifo de Madrid en vez de una que ponga Evian. Y esto traspasado al mundo de la moda ni te cuento. Hay grandes marcas que han sabido venderse a lo largo de los años como iconos del lujo, como Louis Vuitton, pero para mí no lo es. Prefiero, llamémoslo así, el lujo inteligente.