Jesús Terciado promueve una candidatura de consenso para sustituir a Díaz Ferrán
- El presidente de Cepyme aseguró que descarta presentarse
Un candidato de consenso. Esa es la apuesta para la sucesión en CEOE que defendió ayer Jesús Terciado, el presidente de la Confederación de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme), quien descartó, además, convertirse en el cuarto aspirante a la corona que deja vacante Gerardo Díaz Ferrán.
"Me da la impresión de que ya no queda mucho tiempo para sacar con fortaleza una cuarta candidatura", reconocía Terciado durante su intervención en 'el Ágora de elEconomista', el encuentro de referencia empresarial, organizado en colaboración con Ernst&Young.
Un encuentro en el que el presidente de Cepyme estuvo arropado por algunos de los máximos responsables de la patronal española, como el secretario general, José María Lacasa; el presidente de la confederación empresarial madrileña (CEIM), Arturo Fernández; y su homólogo de Andalucía y uno de los tres candidatos a la presidencia, Santiago Herrero.
Un Santiago Herrera que asentía con el gesto a las palabras de Jesús Terciado cuando este justificaba su defensa de una "candidatura única", argumentando que "necesitamos un líder único, que esté apoyado por todos nosotros", para terminar expresando su deseo de "no tener que decidir entre tres candidatos" el 21 de diciembre.
Un guante que, por el contrario, no fue recogido por otro de los aspirantes, el presidente de Ametic, Jesús Banegas, quien desde un foro diferente y tras conocer el reto del presidente de Cepyme subrayó que había decidido "no integrarme con ningún otro aspirante", porque se siente con "muy buenas posibilidades de ser elegido".
Y, aunque Jesús Terciado hizo gala de sus virtudes diplomáticas al elogiar las capacidades y el conocimiento del tejido empresarial de los tres candidatos a presidir la CEOE (los dos citados más el presidente de Fomento del Trabajo, Joan Rosell), sí fue rotundo al descartar que al hablar de un candidato único estuviera pensando en Manuel Pizarro. "Categóricamente, no", dijo al referirse al ex presidente de Endesa y ex diputado del PP.
Y tampoco dudó un ápice al elogiar la labor realizada por el todavía presidente de la patronal, Gerardo Díaz Ferrán, de quien dijo que "podrá tener críticas por otros asuntos, pero en materia de transparencia, no".
El sábado en Moncloa...
Y el caso es que, aunque una vez que entró en materia no eludió responder, y sin rodeos, a las preguntas sobre la carrera sucesoria, a Jesús Terciado le costó referirse a la situación de la CEOE. Como también esperó al turno de preguntas para centrarse en la reunión que el presidente del Gobierno mantuvo, el pasado sábado, con 37 de los principales empresarios del país, de la que Rodríguez Zapatero excluyó a las pymes y a la patronal.
"No creo que sea bueno que ninguno de los interlocutores sociales elija a la representación de los otros interlocutores", apuntó Terciado, que arrancó el aplauso de los cerca de dos centenares de asistentes al afirmar que "si hubiera tenido la oportunidad de estar este sábado en La Moncloa hubiera dejado sobre la mesa el compromiso de lo que se espera de nosotros".
Todo ello después de dejar claro que "cualquiera de los asuntos que han podido debatirse en esa reunión los hemos planteado ya desde nuestra organización" y de calificar el encuentro una "forma de presión" sobre el Gobierno para acelerar las reformas estructurales.
Reformas entre las que pidió "una segunda reforma laboral en profundidad" -tras constatar la insuficiencia de la ya aprobada- además de otras en materia judicial, educativa, de apoyo a la internacionalización de las empresas y de mejora de la competitividad.
Y es que Jesús Terciado fue especialmente crítico con el Gobierno y su política económica, cuestión que ocupó buena parte de su intervención inicial, en la que comenzó denunciando la, a su juicio, "mala gestión de los poderes públicos, en general, y del Gobierno de España, en particular, que es quien tiene la responsabilidad".
El presidente de Cepyme no tuvo inconveniente en admitir que hay "síntomas de normalización económica a medio plazo", pero en "el escenario internacional", porque en España "los indicadores reflejan una debilidad muy extensa", que atribuyó, entre otras causas, a "la actitud de las administraciones públicas" que ha sido "perezosa y tibia", como refleja el hecho de que "muchas estén preparando los primeros ajustes para el próximo año".
Cierre de pymes
Como ejemplo de esa tibieza en la adopción de medidas correctoras, aludió expresamente al aumento de empleos públicos, "90.000 más en una etapa de recorte de gastos", puntualizando que "algunas de estas administraciones han batido el récord de empleo público en 2010". Es decir, "han reducido el esfuerzo en gasto corriente y han reducido el gasto en inversión productiva", actuación que calificó de "insolidaria, que aumenta la presión fiscal y penaliza el tejido productivo".
Una política que ha castigado fundamentalmente a las pequeñas y medianas empresas y a los trabajadores autónomos, que han cerrado en número de 350.000, cuando este colectivo representa el 85% del tejido empresarial del país y son "la pieza clave para remontar la crisis económica".
Insistió también en la denuncia de la asfixia financiera que sufren las pymes por parte de las entidades financieras, reiterando que las líneas del ICO "han funcionado poco" y las Sociedades de Garantía Recíproca (SGR) "no han podido satisfacer la demanda existente", por lo que pidió, con urgencia, la "normalización del mercado de crédito en las instituciones financieras privadas".
Finalmente, abogó también por la simplificación de los trámites y el abaratamiento de los costes para crear empresas. "En Europa sólo hay tres países donde es más complejo crear una empresa que en España: Grecia, Bosnia y Kosovo", dijo, para recordar que nuestro país se encuentra en el puesto 149 del mundo en cuanto a las facilidades para abrir un negocio y en el 20 respecto a la facilidad para cerrarlo.