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Bulgaria y Rumanía reciben luz verde para entrar en el espacio Schengen en 2025

  • Tras más de una década de bloqueo, la UE permite que formen parte de este espacio de libre circulación
  • Viena levanta su veto a cambio de reforzar las fronteras exteriores para evitar la presión migratoria irregular
El espacio Schengen está compuesto por 29 países.

Lidia Montes
Bruselas,

Bulgaria y Rumanía entran, por fin, en la zona sin fronteras Schengen desde el arranque del 2025. Tras más de una década de bloqueos, los ministros del Interior de la UE han llegado este jueves a un acuerdo para que ambos países de la UE entren a formar parte de este espacio de libre circulación de personas. Todo ello después de que Austria haya levantado un veto que sostenía por motivos de presión migratoria.

Es así que la zona Schengen pasará a estar compuesta, a partir del 1 de enero del año que viene, por 29 países. En la lista se incluyen Suiza, Noruega, Islandia o Liechtenstein así como 25 de los 27 países que constituyen la Unión Europea. La salvedad se encuentra en la República de Irlanda, que mantiene sus controles en frontera y Chipre, que convive con una división interna.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha afirmado que "hoy es un día histórico para Bulgaria y Rumanía", cuyos ciudadanos "a partir de marzo, podrán cruzar libremente las fronteras interiores marítimas y aéreas, sin controles fronterizos. Se trata de un gran paso adelante para ambos países y para el espacio Schengen en su conjunto".

Lo cierto es que ambos países forman parte de la Unión Europea desde 2007 pero no habían logrado formar parte de este espacio de libre circulación precisamente por las objeciones de Austria. Viena ve en las fronteras de ambos países, especialmente la búlgara por sus límites con Turquía, un riesgo en términos de presión migratoria, pese a que la Comisión Europea había dado su visto bueno para la integración en el área Schengen ya en 2011.

Para satisfacer las inquietudes de Viena, que teme convertirse en destino de los flujos migratorios que pudieran aproximarse a las fronteras rumanas y búlgaras, ambos países han sellado compromisos. Por un lado, se reforzará la frontera entre Bulgaria y Turquía con un despliegue policial. Además, como mínimo durante seis meses, se introducirán controles en las fronteras por tierra entre Rumanía y Bulgaria y entre Hungría y Rumanía.

La situación no deja de ser paradójica en el espacio comunitario, donde algunos países han endurecido los controles en frontera. Es el caso de una decena de países, entre ellos Alemania, Francia o Italia, que con esta fórmula tratan de limitar los flujos migratorios irregulares. La idea es que tales controles limiten la inmigración y protejan contra los peligros que plantean el terrorismo islamista y la delincuencia grave, según declaraba la ministra del Interior germana, Nancy Faeser, tras el ataque con cuchillo en la localidad de Alemania occidental de Solingen este verano.

Si bien el espacio Schengen permite que los viajeros puedan viajar sin pasaporte en los países que se integran en esta zona, los Gobiernos pueden introducir controles fronterizos si consideran que existe una amenaza para el orden público o la seguridad interior. No obstante, la Comisión Europea pidió en reiteradas ocasiones que se limitaran estos controles fronterizos.

Fue ya el pasado diciembre, cuando el Consejo de la UE decidió acoger a Rumanía y Bulgaria en el espacio Schengen. En este lapso de un año, ambos Estados miembros han tomado las medidas necesarias para garantizar una aplicación fluida de las normas de Schengen a partir del 31 de marzo de 2024. En esa fecha se suprimieron los controles en las fronteras interiores aéreas y marítimas y comenzaron a aplicarse las normas de Schengen, incluida la expedición de visados Schengen.

Los debates sobre la fecha para la supresión de los controles de personas en las fronteras terrestres interiores continuarán en lo que queda de 2024 y se espera que el Consejo de la UE (es decir, los Veintisiete) adopte una decisión al respecto en un plazo razonable. Para ayudar a Bulgaria y Rumanía a proteger las fronteras exteriores de la Unión, se seguirá prestando apoyo financiero y la asistencia de Frontex.