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El efecto inesperado que ha provocado la mayor turbina eólica del mundo: 242 metros de altura y con electricidad para casi 50.000 hogares
- El aerogenerador de 20 MW tiene unas palas de 128 metros y está ubicado en China
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Álvaro Elías
La instalación de aerogeneradores o turbinas eólicas en puntos donde se pueda aprovechar la fuerza del viento para transformarla en energía se ha convertido en algo cada vez más común en el mundo. En China, en su búsqueda de volverse una nación más ecológica, instalaron en agosto de 2024 un aerogenerador gigante marino de 20 MW.
Se trata del mayor del mundo con 128 metros de palas y 242 metros de altura. Instalado por la empresa Mingyang Smart Energy. Según el fabricante, este modelo podrá generar 44,8 kilovatios-hora de electricidad por revolución a plena potencia. Podrá producir más de 74 millones de kilovatios-hora de energía limpia al año, el equivalente al consumo anual de electricidad de 40.000 hogares. El problema es que ha generado un problema imprevisto.
Estos aparatos suelen modificar los flujos de aire y el tamaño colosal de este aerogenerador ha potenciado esos efectos. Todo esto ha llevado a los investigadores a estudiar cómo pueden afectar unas instalaciones tan grandes a los patrones meteorológicos regionales.
Los efectos en el clima del aerogenerador más grande del mundo
Se decidió ubicar en la provincia china de Hainan, en el Mar de China Meridional, al aprovechar la velocidad ideal del viento y su separación de la plataforma continental. Su tamaño es único en el mundo, sus palas captan más energía eólica que nunca.
SU potencia de 20 MW aumenta la posibilidad de que la energía eólica satisfaga las necesidades mundiales de electricidad. Su mayor eficiencia hace que menos turbinas produzcan la misma cantidad de energía.
A pesar de sus beneficios, el enorme tamaño de sus turbinas ha tenido efectos medioambientales imprevistos. Los estudios han demostrado que las turbinas de este tamaño modifican el microclima inmediato y los patrones locales del viento. Provocando cambios en la velocidad del viento y en la distribución de la temperatura alrededor de la instalación.
Los investigadores siguen mirando detenidamente estos cambios para saber si pueden seguir instalando en más zonas del mundo con vientos de velocidad media a alta. El aerogenerador puede tolerar ráfagas de hasta 79,8 m/s.
Los imprevistos cambios microclimáticos que rodean a este aparato ponen de relieve la necesidad de realizar evaluaciones medioambientales exhaustivas. Los ecologistas y científicos están investigando los posibles efectos de estos cambios en los climas costeros, los patrones de migración de las aves y los ecosistemas marinos. Los beneficios energéticos de la turbina son indiscutibles, pero también sirve de advertencia de que los avances en energías renovables tienen sus propios inconvenientes.