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Cuál es la diferencia entre terreno urbano, urbanizable y no urbanizable en España

  • El urbano y el urbanizable se dividen a su vez en varios tipos
  • No existe una sola normativa para regular la edificación
  • Las Comunidades atenderán a la Ley de Suelos y a su propio Derecho
Foto: iStock.

Iago Eguileta
Madrid,

El terreno urbanizable es un espacio idóneo para construir una nueva casa, o también para levantar un negocio. Este se refiere a aquellos suelos que son aptos para ser urbanizados, esto es, acondicionados y preparados para, tras una transformación urbanística, tener un uso urbano legal.

Diferencias con otros conceptos

Sin embargo, existen varios tipos de terrenos y es conveniente saber diferenciarlos, para conocer así las acciones que se pueden realizar en cada uno de ellos. En idealista explican cada uno de ellos:

-Terreno urbano: Apto para ser edificado, de acuerdo con los planteamientos territoriales y urbanísticos. Posee una mínima urbanización y conexiones básicas como agua o electricidad. Este grupo comprende tanto suelos consolidados (en el centro de una ciudad) como urbanizados (con calles pero sin edificios).

-Terreno urbanizable: Puede urbanizarse, por ejemplo para albergar el crecimiento previsible de una ciudad. Estos a su vez se dividen en ordenados (listos para edificar sobre ellos), sectorizados (los ya mencionados para absorber el crecimientos de una ciudad) y no sectorizados.

-Terreno no urbanizable: También denominado rústico, se considera incompatible con el desarrollo urbano, lo que quiere decir que no se puede edificar sobre él.

A qué ley atender en España

En España no existe una sola normativa que se encargue de regular la edificación de los distintos tipos de terrenos. Por ejemplo el Real Decreto Legislativo 7/2015, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley de Suelo y Rehabilitación Urbana, diferencia tan solo los conceptos de terreno urbano y terreno rural.

Y es que cada Comunidad Autónoma tiene la facultad de establecer sus propias normativas, atendiendo a la Ley de Suelo y a cada Derecho autonómico, donde se establecen las diferencias entre suelos.

Así, la normativa actual trae novedades en la materia, como reservar ciertas cantidades de suelo protegido que eviten una especulación excesiva, a la vez que se preserva el suelo rural. El objetivo último de este cambio era evitar que disminuya la calidad urbana, resultado posible en caso de que se produzcan procesos masivos de recalificación de terrenos.