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Rusia intentó envenenar a Roman Abramóvich y a varios negociadores de paz ucranianos

  • Se unen a una larga lista de personas supuestamente envenenadas por Putin
Román Abramóvich, en una foto de archivo. Foto: Reuters

Víctor Ventura

Nuevo giro surrealista a las negociaciones de paz para intentar poner fin a la invasión rusa de Ucrania. Según ha informado el Wall Street Journal, corroborado por firma de inteligencia Bellingcat, el Gobierno ruso intentó envenenar a varios miembros de la delegación ucraniana en una de las sesiones de negociación, junto al empresario ruso Román Abramóvich, el sancionado dueño del Chelsea, que habría estado ejerciendo de enlace entre las partes.

Según explica Bellingcat, después de los encuentros celebrados en Ucrania entre el 3 y el 4 de marzo, Abramóvich y "al menos" dos miembros de la delegación ucraniana habrían perdido la visión durante varias horas, por lo que fueron trasladados a Turquía para ser tratados. Para cuando todos se recuperaron, ya era demasiado tarde para obtener muestras concluyentes, pero los síntomas serían "consistentes con un envenenamiento con armas químicas en pequeña cantidad", según la firma de inteligencia.

El hecho de que nadie muriera indicaría que podría haber sido "una advertencia" o "un intento de entorpecer las negociaciones", concluyen. En ese momento se estaban produciendo avances y ambas partes estaban trasladando mensajes positivos. El día después de aquello, un miembro de la delegación ucraniana desapareció, supuestamente asesinado al ser sospechoso de traición. Poco después, las negociaciones se trasladaron a Turquía, con una delegación rusa de mayor nivel presidida por su ministro de Exteriores, Sergéi Lavrov, que abandonó el país sin ningún avance.

Lo más sorprendente de este hecho es la participación de Abramóvich como negociador, ya sea formal o informal. El magnate ruso formaba parte del círculo más cercano del presidente ruso, Vladímir Putin, que incluso le pidió consejo para formar sus primeros Gobiernos y elegir a su reemplazo temporal -que acabó siendo Dimitri Medvedev- cuando la Constitución rusa le forzó a dejar formalmente la presidencia durante una legislatura (en la que fue primer ministro).

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha pedido a EEUU que no ponga sanciones a Abramóvich, que lleva semanas volando de Moscú a Kiev, pasando por Turquía, Polonia o Bielorrusia, actuando como enlace en las negociaciones de paz y para abrir corredores humanitarios y evacuar a las personas atrapadas en las zonas más bombardeadas por Rusia.

Durante su presidencia, Putin ha sido acusado de ordenar numerosos envenenamientos a rivales políticos. En 2004, el entonces candidato a la presidencia de Ucrania, Viktor Yúshenko, fue envenenado con dioxinas antes de enfrentarse al candidato prorruso que apoyaba Putin (Yúshenko sobrevivió y ganó). En 2006, el exagente secreto ruso Alexander Litvinenko murió en Londres, envenenado por polonio 210. En 2018, el exespía Sergei Skripal y su mujer Yulia fueron envenenados con un tóxico ruso llamado Novichok en Salisbury, Inglaterra, por dos agentes rusos que alegaron estar allí para "ver la catedral de Salisbury". Y en 2020, el líder de la oposición rusa, Alexéi Navalni, fue envenenado también con Novichok, aunque sobrevivió, tras lo que fue detenido por la policía rusa y condenado a más de una década de prisión en una colonia penal de máxima dureza.