EEUU busca independizarse de China con su propia cadena de suministro de tierras raras
- Inversiones públicas y privadas para ampliar el suministro de lito y cobalto
- China controla el 70% del mercado mundial de tierras raras del mundo
elEconomista.es
La pandemia y la crisis de suministros han puesto de manifiesto la dependencia de muchas naciones a los productos extranjeros, principalmente procedentes de China. En un intento por reducir dicha dependencia, actualmente del 100%, el presidente de Estados Unidos ha anunciado nuevas inversiones públicas y privadas destinadas a ampliar el suministro nacional de litio, cobalto y tierras raras, esenciales para fabricar coches eléctricos, ordenadores y paneles solares, entre otros productos.
En concreto, Estados Unidos ha concedido 35 millones de dólares a MP Materials para ampliar un proyecto de tierras raras de la compañía en Mountain Pass, California. A su vez, la compañía invertirá otros 700 millones de dólares de sus propios fondos y creará más de 350 puestos de trabajo en la cadena de suministro de imanes para 2024. El objetivo de esta inversión es establecer la primera cadena de suministro completa dentro de Estados Unidos para imanes permanentes.
Berkshire Hathaway Energy Renewables, por su parte, tiene previsto avanzar en su plan para producir litio de manera sostenible durante los próximos cinco años. En primavera, pondrá en marcha una instalación en California para probar la viabilidad comercial de un proceso que extrae litio de la salmuera geotérmica, una solución salina concentrada rica en metales. De tener éxito, la empresa iniciaría la producción comercial de hidróxido de litio y carbonato de litio en 2026. Las instalaciones de Berkshire Hathaway Energy Renewables tienen capacidad para producir 90.000 toneladas métricas de litio al año.
En cuanto a Redwood Materials, la compañía analizará el posible desarrollo de un proyecto piloto en colaboración con Ford Motor y Volvo. Según el comunicado difundido por la Casa Blanca, el objetivo del proyecto es reciclar las baterías de iones de los coches eléctricos para extraer litio, cobalto, níquel y grafito.
En la actualidad, China controla el 70% del mercado mundial de tierras raras del mundo. Estos 17 elementos químicos son sumamente valorados por sus propiedades magnéticas y conductoras, esenciales para la industria automovilística y numerosos dispositivos electrónicos. Para Biden, la dependencia de Estados Unidos del litio, el cobalto, el níquel y otros minerales extranjeros, especialmente de China, supone una amenaza para la economía y la seguridad del país.
Además de prometer una ampliación del suministro nacional de semiconductores y la extracción, procesamiento y reciclaje de minerales críticos, el presidente Biden ha presentado en el Senado de Estados Unidos un nuevo proyecto de ley con el que pretende obligar a los contratistas de defensa a dejar de utilizar minerales de tierras raras procedentes de China para 2026.
Impuestos y cuotas de producción, así mantiene China su dominio
China ha conseguido construir y mantener su dominio sobre cada uno de los segmentos que conforman la cadena de suministros de tierras raras gracias a una serie de políticas fiscales y cuotas de producción.
En 2014, el Gobierno de Pekín se vio obligado a cambiar su sistema de cuotas de tierras raras, que limitaba el volumen de exportaciones a compradores extranjeros. Tras perder su caso ante la Organización Mundial del Comercio, China sustituyó las cuotas de exportación por cuotas de producción. También concedió licencias de producción a un pequeño número de gigantes estatales de tierras raras.
Al mismo tiempo, puso en marcha un nuevo sistema fiscal en forma de un impuesto sobre los recursos, recaudado en función de la cantidad producida. En cambio, ahora el impuesto se calcula en función del valor: se aplica un impuesto sobre el valor añadido del 13% a todos los productos de tierras raras, según publica Quartz. De esta manera, los productores chinos de tierras raras cuentan con un 13% de ventaja en el coste de las materias primas con respecto a sus competidores extranjeros.