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Una ley rusa prohíbe a Francia denominar 'champán' a su espumoso (y se armó la polémica)

  • Solo los vinos efervescentes rusos podrán usar la palabra "Shampanskoe"
  • Los productores extranjeros que exporten deberán poner "vino espumoso"
  • Los productores franceses han detenido los envíos hasta que se aclare
Foto: Getty

elEconomista.es

'Guerra espumosa' entre Francia y Rusia a raíz de una nueva ley rusa que obliga a los productores extranjeros a renunciar a la palabra 'champán' en el etiquetado y a cambiarla por la definición de "vino espumoso". Una cesión inasumible para el país la región que da nombre a la denominación de origen y que ha reabierto una grieta que no es nueva en las relaciones comerciales entre ambos países.

En concreto, la nueva legislación rusa establece que sólo los vinos efervescentes rusos podrán usar la palabra 'Shampanskoe' en cirílico en la parte delantera de las etiquetas mientras que los productores extranjeros que exporten al país deberán colocar "vino espumoso" en la trasera.

Nada más conocer la nueva ley, el Gobierno francés recordó que el champán solo se produce en la región de Champaña que le da nombre. El ministro francés de  Agricultura, Julien Denormandie, indicó que "la posición de Francia es muy clara: la palabra champán viene de esa región francesa donde se produce y que tiene una denominación de origen", afirmó durante una entrevista  en Sud Radio en la que reconoció que siguen "muy de cerca" la situación con la autoridades rusas y que la crisis se engloba en una "batalla de años" por esa denominación.

Dentro del tono oficial que apuesta por solucionar el conflicto a través del "diálogo", el ministro de Exteriores, Jean-Yves Le Drian, no descartó que París llegue a recurrir a la Organización Mundial de Comercio (OMC) si lo considerara necesario.

El Comité Champagne ha pedido a la empresas dejen de enviar su champán a Rusia

Menos templanza mostró el Comité Champagne, que agrupa a todos los sectores relacionados con la producción de la bebida (viticultores y bodegas). Según expresaron los copresidentes del Comité, Maxime Toubart y Jean-Marie Barillère, están "escandalizados" por el hecho de que el auténtico champán francés no pueda usar esa palabra en ruso. En un comunicado recordaron que el nombre 'champán' "está protegido en más de 120 países" y critica que la legislación rusa "no asegura a los consumidores rusos una información clara y transparente sobre el origen y las características de los vinos".

En este marco, el comité ha solicitado que las empresas dejen de enviar sus vinos a Rusia hasta que la situación se aclare, y ha solicitado tanto a la UE como a Francia que consigan "la modificación de esta ley inaceptable", firmada el pasado viernes por el presidente Vladímir Putin.

La postura de Moët Hennessy también ha sido foco de polémica en esta guerra. Algunas informaciones apuntaron a que la marca, una de las más caras de champán (forma parte del grupo de LVMH)se adaptaría a la nueva norma y continuaría exportando a Rusia. Sin embargo, David Chatillon, director general de la Unión de Productores de Champán, que congrega a las principales empresas del sector, indicó a Efe que "todos los productores" comparten la misma posición: detener los envíos hasta que sepamos el alcance la ley. Incluida Moët Hennessy.  

Para Chatillon, "esta ley es inaceptable porque ataca lo más valioso que tenemos, que es nuestro nombre y que desde hace tres siglos ha estado ligado al esfuerzo, la calidad y la excelencia". Y es que el champán es un símbolo nacional en Francia y la nueva norma rusa es considerada como un robo del mismo. Además, el director de la Unión de Productores remarcó que en Rusia el champán nunca ha estado protegido legalmente porque ese país no reconoce el sistema internacional de protección de denominaciones de origen.

Los medios también han denunciado el 'ataque'. Le Parisien, por ejemplo, ha publicado que la ley rusa supone una "humillación" para las históricas casas de "champagne" de Reims o Épernay. Según publicó, la norma es una suerte de venganza del Kremlin por las críticas de Europa occidental por su apoyo al régimen de Bielorrusia tras el desvío de un avión Ryanair que volaba sobre ese país para detener a un disidente exiliado.

Más ruido que repercusión económica

Más allá la indignación, económicamente hablando la indicación de Moscú comporta poca entidad, recoge Efe, porque el mercado del champán francés en Rusia es muy pequeño: es el decimoquinto destino de sus exportaciones, con 35 millones de euros en 2020. Si se compara con los principales destinos de exportación, la repercusión que puede conllevar el veto al país es mínima. 

La exportación del champán a EEUU supone 502 millones de euros; 305 millones la de Reino Unido y los 271 millones en Japón. En volumen, las exportaciones a Rusia fueron el 1,33% del total.