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Fortalezas y certezas para seguir creciendo y modernizando la industria española
Reyes Maroto
Quiero comenzar felicitando a las empresas destacadas en este especial de elEconomista. Compañías de gran prestigio nacional e internacional, referentes indiscutibles de la vida social y económica de nuestro país y ejemplos claros no solo de trayectorias empresariales consolidadas en el tiempo, sino también de la constante voluntad de adaptación a los cambios del mundo globalizado en que desarrollan su actividad.
Vivimos un contexto internacional incierto. Hoy, más que nunca, se cumple el conocido Efecto Mariposa, solo que la perturbación y la posterior amplificación no se producen en laboratorio, sino en los grandes mercados globales. Las guerras comerciales y el proteccionismo, la frenética competencia por el liderazgo tecnológico, las decisiones de las multinacionales sobre la localización de sus plantas productivas o la orientación de las grandes inversiones estratégicas, entre otros muchos factores, nos obligan a estar muy atentos y a redoblar esfuerzos para que las empresas españolas mejoren el lugar destacado que ya ocupan a nivel internacional.
El mundo cambia a gran velocidad, y a las empresas no les queda otra opción que adaptarse para mantener las capacidades productivas y el empleo, reforzar su competitividad y garantizar su viabilidad financiera. Adaptarse, para no quedarse en el camino. Sabemos de las dificultades que atraviesan algunos sectores, en unos casos motivadas por razones coyunturales y, en otros, por razones estructurales que están aflorando en momentos de incertidumbre o agotamiento de sus modelos productivos.
No me gusta hablar de crisis, sino de obstáculos en el camino, y frente al catastrofismo, prefiero el optimismo. Porque esta compleja coyuntura también ofrece oportunidades. Frente al ruido mediático, que genera confusión, la información fiable la reduce, y los datos objetivos nos indican que disponemos de un tejido industrial fuerte, que está realizando un gran esfuerzo por mantener o mejorar sus estrategias de negocio, sus cuentas de resultados y su cotización bursátil. El excelente mosaico de compañías de este especial lo demuestra, y, como españoles, hemos de sentirnos orgullosos de su éxito.
Atender el día a día empresarial implica un gigantesco esfuerzo, que a veces dificulta planificar a medio y largo plazo, tanto para poner en marcha planes de desarrollo y crecimiento como para predecir tendencias y comportamientos de mercados, clientes y consumidores. En esta situación, el tejido empresarial español sabe que cuenta con el acompañamiento del Ministerio que dirijo. Lo hemos demostrado, mediante la aprobación de agendas sectoriales con la plena participación empresarial, o mediante el desarrollo de programas de acompañamiento que han multiplicado el apoyo financiero público de años precedentes.
Apostamos por la modernización de nuestro modelo productivo, con la transformación digital, la transición ecológica y la internacionalización como tridente imprescindible para aumentar las capacidades productivas, el empleo de calidad y la competitividad en los mercados internacionales. Trabajamos para apoyar la adaptación de nuestros sectores económicos a la transición hacia un nuevo modelo de economía verde y competitiva, sin olvidar la sostenibilidad social para mejorar las condiciones del empleo y combatir la despoblación y la desigualdad.
En resumen, mirada y compromiso a corto, medio y largo plazo. Queda mucho por hacer, porque la modernización ha de alcanzar también a las pymes, y porque aparecen nuevos retos de envergadura mundial -como el de la expansión del coronavirus- que ponen a prueba nuestras capacidades de reacción y adaptación. La perspectiva de estabilidad que ofrece una legislatura va a permitirnos desarrollar iniciativas como el Pacto de Estado por la Industria, el Marco Estratégico en Política de Pyme 2030 o la Estratégica de Turismo Sostenible 2030, que nos permite proyectar a futuro, con rigor, espíritu de diálogo constructivo y perseverancia, características que impulsan e inspiran la acción del Ministerio.
El horizonte es motivador y ha de invitarnos a hacer las cosas mejor. Ahora bien, solo es posible lograr los objetivos que nos son comunes trabajando juntos, superando las lógicas diferencias y aportando lo mejor de nosotros. En este momento de cambio de época debemos fortalecer tanto la colaboración entre administraciones públicas y entre el sector público y el privado como el diálogo para la búsqueda de consensos políticos. Anteponiendo el interés general a las pretensiones particulares. España es un gran país, y es responsabilidad de todos mantener nuestra posición de prestigio y solvencia. Contad con nosotros, y espero contar también con vosotros.