Tan sólo un día después de que se desatara la euforia por unas declaraciones de Bernanke en las que insinuaba el fin de las subidas de tipos, el mercado recayó con fuerza y mostró que el movimiento lateral no ha terminado. Y que el riesgo bajista no ha desaparecido.
Los mercados europeos intentaron prolongar el espectacular cierre de la víspera durante toda la sesión, pero no pudieron aguantar la apertura negativa de Nueva York. Así, las ganancias del Ibex se redujeron al 0,18%, y las del EuroStoxx, al 0,11%. Pero el declive de EEUU no había hecho más que empezar: fue incrementándose hasta que los índices cerraron en mínimos del día. La caída final del Dow Jones fue del 0,76%, las del S&P 500 se amplió al 0,85% y el Nasdaq sufrió un auténtico batacazo del 1,98%.
Esta divergencia entre los índices tradicionales y el Nasdaq se explica por el hundimiento de Intel tras los flojísimos resultados presentados tras el cierre del miércoles: el valor cayó el 7,5%.
Esta recaída, tan inesperada como la subida previa, complica aún más el panorama de los mercados. Parece que sólo empezará a aclararse cuando se rompa al alza o a la baja la banda de cotización actual (y cuidado con las falsas rupturas). Mientras tanto, lo más prudente parece seguir fuera del mercado a la espera de que el riesgo disminuya.
La presión bajista para todos los índices vino de las actas de la última reunión de la Fed; aunque muestran muchas dudas sobre la necesidad de seguir subiendo los tipos, sirvieron para que el mercado se diera cuenta de que las declaraciones de Bernanke el miércoles no fueron más que una mera insinuación, y que ni mucho menos está asegurado que los tipos no van a subir en agosto.
Además, se publicaron dos datos de actividad mucho peores de lo esperado: el indicador adelantado y el índice de la Fed de Filadelfia. Aunque abonan el escenario de desaceleración propuesto por Bernanke, también suscitan temores a que la Fed se haya pasado ya subiendo los tipos; que es la interpretación con la que el mercado se quedó ayer.
Pese a estas referencias, el dólar volvió a bajar frente al euro, que reconquistó los 1,263 dólares. Esta vez, la caída del dólar no hizo subir al oro, que recayó hasta 632,5 dólares. Los bonos también prosiguieron su subida en precio, que descuenta el fin de las subidas de tipos, con lo que la rentabilidad del activo a 10 años en EEUU bajó al 5,02%. Finalmente, el petróleo rebotó después de caer el 6% en tres jornadas, y recuperó los 73 dólares.
Frente al batacazo de Intel, hay que destacar el subidón del 11,8% de Apple y del 7% de Motorola tras los buenos resultados de ambas compañías. Ayer, Honeywell dio unos buenos resultados y mejoró sus expectativas, pero acabó bajando el 4,2%; Pfizer sí recogió al alza su mejora de previsiones; u Ford se dejó el 2,2% después de anunciar su entrada en pérdidas en el segundo trimestre.