Empresas y finanzas

"He confiado todos los ahorros de mi madre a Ruiz-Mateos y la he arruinado"



    Los bonistas denuncian que Rumasa ha dejado de pagar los intereses prometidos. El conglomerado de la abeja bordea la quiebra.

    Tras varias semanas hilando la estrategia a seguir, los inversores afectados de Nueva Rumasa comienzan a la levantar la voz para sacar a la luz algunas de las historias personales que se encuentran detrás de cada pagaré emitido por la familia Ruiz-Mateos.

    Se trata en su gran mayoría de pequeños ahorradores que confiaron todo lo que tenían a una promesa de rentabilidad trimestral de hasta el 10 por ciento. Pese al compromiso público de pago de José María Ruiz-Mateos, los afectados, que prefieren mantener el anonimato por el momento, coinciden en destacar que será más que complicado recuperar la totalidad de lo invertido.

    T. J. es uno de ellos. Confió a Ruiz Mateos y a sus compañías todos los ahorros de su madre de 85 años, 50.000 euros. " La he arruinado. Ahora me siento culpable, pero prometían una rentabilidad del 10 por ciento mientras que los bancos tan sólo me ofrecían el 2 por ciento", explica visiblemente nervioso y con la mirada perdida. Cobró tres veces, pero el cuarto pago tenía que ser abonado un día después de solicitar el preconcurso. T. J. no se atrevía a llamar y cuando lo hizo apenas obtuvo respuestas. Ahora no tiene nada. Se siente impotente y completamente engañado, aunque sobre todo, la sensación que le invade es de tristeza y culpabilidad. "No me podía ni imaginar que firmas como Clesa y Dhul estaban en esta situación. Son marcas de toda la vida", dice compugido.

    T.J. se dejó llevar por los anuncios que continuamente escuchaba en la radio y la televisión, las advertencias de la CNMV nunca llegaron a sus oídos. "Él, al igual que la gente de la calle, no entiende de inversiones", explica su letrado de Asesores Legales Asociados.

    L.F. es otro de los afectados. Invirtió 50.000 euros en pagarés avalados por dos firmas de las que presumía cierta solvencia, Clesa y Dhul. "Lo mío es para nota, porque soy gerente de empresa", apunta. Según explica a este periódico, su decisión vino motivada por la confianza que tenía en la familia jerezana. "En realidad, mi entorno es muy parecido al de ellos. Mis hijos van a los mismos colegios e incluso tengo relación con algún miembro de la familia", asegura.

    El inversor decidía el avalista

    Según L.F, era el propio inversor quien decidía la empresa que debía avalar sus pagarés. "Cuando llegabas a sus oficinas de la calle Reina Victoria de Madrid te daban a elegir la empresa avalística y yo, sólo por la marca, consideré que Clesa y Dhul serían suficientemente fiables... y ahora fíjate".

    Por el momento, este inversor ha cobrado los intereses de los dos primeros trimestres, ya que vencieron antes de declararse el preconcurso, pero tiene claro que no cobrará un tercero. "Conozco a afectados que no han cobrado sus pagos vencidos hace dos semanas. Lógicamente, a mí tampoco me pagarán cuando llegue la fecha de cobro", explica. A juicio de L.F, la valoración de 6.000 millones de Nueva Rumasa "es una pamplina" y su situación "desesperada". Por ello, ya ha decidido poner a la venta sus participaciones a través de Mercadeuda, plataforma online especializada en poner en contacto a vendedores y compradores de deuda. "Estoy dispuesto a vender mis pagarés a quien esté interesado por menos de la mitad", concluye.