La reinvención profesional es fundamentalmente un proceso de descubrimiento en el cual la persona se refleja en su propia identidad para averiguar qué otros caminos puede transitar. Desde luego no solo sigue los caminos que cada uno vislumbra como posibles, sino sobre todo los deseables. Y suele tener que ver con aficiones o sueños que, de alguna manera, han estado siempre presentes en la biografía de cada individuo.
A partir de esas intuiciones presentidas, la clave fundamental de la reinvención profesional está en la acción y en la experimentación. Porque este complejo y rico proceso no se recorre mentalmente, sino desde la actividad y el ensayo.
Lo más recomendable, una vez que una persona siente que profesionalmente podría ser otra, es comenzar a probarse rasgos de esa otra identidad, en primer lugar para comprender mejor las claves de esa otra profesión por la que se quiere transitar, pero sobre todo para constatar si realmente se tiene talento para ella.
Las vías son múltiples: realizar una ronda de entrevistas con profesionales de ese otro campo, matricularse en un curso de formación en esa disciplina, acometer un prototipo del trabajo que suelen realizar esos otros profesionales, y así sucesivamente. El único fin es probar y experimentar, y ver como uno se siente rodeado de otra terminología, de otra forma de pensar y de otro sistema de valoración del trabajo.
Son la actividad y el ensayo los que finalmente ayudarán a la persona a comprobar si realmente ha comprendido bien en qué consiste esa otra profesión y, sobre todo, si vale para ello. Es verdad que muchas veces este camino se ha recorrido antes, sobre todo en aquellas aficiones que acaban convirtiéndose en profesiones. Sin embargo, muchas veces el profesional salta sin más al vacío llevado simplemente por una intuición o un sueño. En esos casos, la probabilidad de equivocarse es alta. Por eso es mejor empezar en la acción y la experimentación.