Una de las cualidades menos exploradas del liderazgo es la capacidad de entretejer sueños y rumbos. Cada una de las personas que forma parte de un equipo vive intentando adecuar sus capacidades y potencialidades al puesto que desempeña, pero sobre todo preguntándose qué parte de lo que hace da sentido su vida. El líder lo es porque su visión incorpora los esquemas de las personas que le rodean y porque es capaz de tejerlos en un mapa común que apunta hacia un punto claro en el horizonte. Ya desde los tiempos de Aristóteles sabemos que una de las claves del liderazgo consiste en identificar el bien común, el bien global que aúna las pequeñas o grandes búsquedas de cada uno y sus talentos.
Es verdad que hay líderes que con mejores o peores artes de seducción logran vender su idea y hacer que la gente se entusiasme con lo que ellos unilateralmente han pensado, pero ese tipo de liderazgo, además de individualista y pasado de moda, puede fácilmente conducir a la extinción del proyecto en cuanto la persona que creó la idea desaparece. A menudo sorprende la cantidad de proyectos huérfanos que se encuentran por la vida, equipos a los que alguien vendió una idea y que ahora, con su líder ya evaporado, no saben continuarla y caminan confusos dando palos de ciego, carentes de identidad. Peor fortuna han corrido los que ahora, también sin líder, navegan en un barco anacrónico repitiendo recetas que en su día fueron ideas brillantes pero que ahora están descontextualizadas y obsoletas.
Liderar tiene mucho de amalgamar, de unir, de recombinar. De reescribir la historia una y otra vez para que sea el equipo y no la persona la que triunfe. Es lo único que garantiza la viabilidad a largo plazo.
En los equipos de verdad la autobiografía de cada uno es parte de la autobiografía grupal.
No hay duda que para que el liderazgo funcione debe ser ampliamente participativo, en donde cada uno de los miembros tenga roles claramente definidos de acuerdo a su mejor potencial, los equipos deben ser sólidos, en el caso de que falte el líder principal se busca un sustituto y el equipo debe continuar con los objetivos.
Me quedo con la idea de que” una de las claves del liderazgo es identificar el bien común”, pues la comparto plenamente.De esta manera todos los miembros nos sentiremos responsables y animados a participar del proyecto. No obstante, el líder debe poseer una serie de habilidades y potencialidades que le permitan transmitir fuerza, credibilidad e ilusión al resto de compañeros para animarles a trabajar por dicho bien común.