La felicidad puede parecer un concepto difícil de abordar, pero no por ello es menos interesante. Tanto la felicidad en el trabajo como en la vida personal, parece ser el objetivo último a conseguir puesto que intuimos que, si somos felices, todo lo demás es secundario. Uno de los conceptos científicos que conviene conocer en relación con la felicidad es del de “adaptación hedónica”, que más o menos quiere decir que, a no ser que tomemos medidas, ningún incremento de la felicidad es duradero.
Esto es lo que pasa con todas aquellas cosas buenas que nos ocurren: por ejemplo, un premio de la lotería, haber superado una enfermedad o mudarnos a una casa más amplia. Al comienzo nos sentimos más felices, pero con el paso del tiempo el efecto del cambio disminuye y poco a poco nos vamos adaptando a la nueva situación. Dice la investigación que para cada persona existe un nivel basal de felicidad y que tendemos a retornar a ella con relativa independencia de lo que nos pase.
Por ejemplo, lo cierto es que mientras que todos suspiramos por unos mayores ingresos, lo cierto es que la relación entre el dinero y la felicidad dista mucho de ser causal. Así, en el caso concreto de la felicidad laboral y el salario habría que retornar a Herzberg para recordar, por ejemplo, que este es uno de los factores que, si está ausente o es menor del esperado, produce insatisfacción, pero su presencia en sí misma no produce satisfacción o motivación. Por eso, en general, y tras un momento de euforia inicial, todos tendemos a retornar a nuestro nivel basal de felicidad tras un aumento de salario.
La legendaria capacidad de adaptación del ser humano, un soberbio recurso que también de manera inversa nos ayuda a volver a nuestro nivel basal de felicidad tras un acontecimiento adverso, y a acostumbrarnos a realizar tareas poco apetecibles que nos ayudan a lograr nuestros objetivos, también nos juega malas pasadas al hacer que la felicidad lograda por algo bueno que nos ha pasado en nuestras vidas sea momentánea.
Hay que luchar para no olvidar lo bueno que nos pasa.