Las 8 claves del éxito: #3 Enfoque

Publicado por en Cambio personal, Ciencia y Management, Conciencia y Enfoque, Éxito.

Por impactante que pueda parecer, se calcula que la lista de tareas a realizar de cualquier profesional en un momento dado es de ciento cincuenta, y que el número de impactos informativos diarios que recibe una persona en un país desarrollado es de en torno a diez mil. Con todo ello ocupando nuestra mente, no es extraño que la capacidad de estar enfocados en lo que realmente está alineado con nuestra misión personal sea un bien tan preciado y escaso.

Cuenta Nicholas Carr en Superficiales, que a mediados de los años setenta, en Palo Alto, en la corporación Xerox, reunieron a un grupo de programadores para presentarles un descubrimiento sin precedentes. Se trataba de un sistema operativo que trabajaba en multitarea, de forma que cuando uno de ellos estaba programando, si alguien le enviaba un email el sistema abriría una ventana para mostrárselo. Pese al entusiasmo general, uno de los ingenieros que estaba presenciando la demostración, dijo: “¿por qué demonios iba uno a querer que le interrumpa y distraiga un email mientras está ocupado programando?”. Claro, nadie le escuchó. Y de alguna forma, aquello fue el principio del fin. O, menos dramáticamente, el no escuchar las voces críticas que han ido surgiendo en contra de este tipo de avances nos llevó a confiar en que el cerebro humano es multitarea, cosa que no es cierta, ni para los hombres ni para las mujeres: nuestra mente puede mantener una única cosa en la conciencia, y nunca más de una a la vez.

El enfoque consiste en controlar voluntariamente el contenido de la conciencia, objetivo que han pretendido todos los movimientos espirituales desde el principio de los tiempos. Proyectar voluntariamente en el lienzo de nuestra conciencia aquello que está alineado con nuestros objetivos en la vida, dejando a un lado distracciones, pensamientos negativos, ideas menores y razonamientos estériles o contraproductivos, es una clave irrenunciable del éxito.

Tenemos que dedicarnos a pensar en lo que tenemos que pensar. Así de simple.

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