Gente antitóxica

Publicado por en Cambio personal, Ciencia y Management, Conexiones.

Hoy se habla mucho de la gente tóxica: esas personas que nos llenan de preocupaciones y ansiedad y que, en ocasiones, tienen el poder de mermar nuestra productividad. Por mucho que a veces pensemos que es un perfil endémico de nuestra organización, lo cierto es que se encuentra en casi todas partes. Y quizá lo más peligroso no es en sí su capacidad de envenenar a otras personas, sino que su modo de obrar, como todas las conductas, puede imitarse y propagarse a través de las conexiones sociales.

El poder de los grupos reside en la conexión entre sus miembros. Por eso es imprescindible formar nuestros equipos con gente antitóxica, porque las emociones y conductas positivas también se contagian. En un estudio realizado con un equipo de cricket se entregó a cada uno de los jugadores un dispositivo en el que podían registrar sus estados de ánimo. Lo que la investigación reveló es que existía un importante vínculo entre cada jugador y el resto del equipo, con independencia de si el partido estaba yendo bien o mal. En otras palabras las emociones pasaban de una persona a otra como si fueran corrientes eléctricas. Por otro lado, y como es esperable, los resultados eran mejores conforme más contentos estaban.

Un estudio ya clásico de Gallup mostró en su día lo importante que es tener un buen amigo en el trabajo: entre otros muchos efectos incrementa la probabilidad de recibir reconocimiento, contribuye al desarrollo, fomenta el compromiso con la calidad y facilita la adhesión a la misión de la compañía. Es verdad que el fundamental motivo para ir a trabajar no es hacer amigos, pero no lo es menos que tenerlos contribuye de manera significativa a la productividad y al bienestar.

Hay una relación clara entre el éxito de un equipo y las emociones que fluyen en él.

Deja un comentario

  • Nombre (obligatorio)
  • (no será publicado) Email (obligatorio, no será publicado)
  • Website

Escribe tu comentario aquí...

XHTML: Puedes usar estos tags: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <s> <strike> <strong>

De conformidad con la Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de Protección de Datos de Carácter Personal, le informamos de que sus datos serán incorporados a un fichero propiedad de EDITORIAL ECOPRENSA, S.A. (en adelante, El Economista) con la finalidad de gestionar su utilización de los blogs. Usted puede ejercitar sus derechos de acceso, rectificación, cancelación y oposición dirigiéndose por escrito a El Economista. C/ Condesa de Venadito, 1- 3º 28027 Madrid. elEconomista podrá limitar, total o parcialmente, el acceso a sus servicios a determinados Usuarios, así como cancelar, suspender, bloquear o eliminar determinado tipo de contenidos si tuviese conocimiento efectivo de que la actividad o información almacenada y/o difundida es ilícita o de que lesiona bienes o derechos de un tercero. No obstante, elEconomista no tiene obligación de controlar la utilización que los Usuarios hacen de los servicios y, por consiguiente, no garantiza que los Usuarios hagan un uso diligente y/o prudente de los mismos. Tampoco tiene la obligación de verificar y no verifica la identidad de los Usuarios, ni la veracidad, vigencia, exhaustividad y/o autenticidad de los datos que los Usuarios proporcionan sobre sí mismos. elEconomista excluye cualquier responsabilidad por los daños y perjuicios de toda naturaleza que pudieran deberse a la utilización de los servicios y de los contenidos por parte de los usuarios o que puedan deberse a la ilicitud, carácter lesivo, falta de veracidad, vigencia, exhaustividad y/o autenticidad de la información que los usuarios proporcionan a otros usuarios acerca de sí mismos y, en particular, por los daños y perjuicios de toda naturaleza que puedan deberse a la suplantación de la personalidad de un tercero efectuada por un usuario en cualquier clase de comunicación realizada a través del portal.