Centrémonos de una vez

Publicado por en Cambio personal, Ciencia y Management, Conciencia y Enfoque.

El número de mensajes que recibimos al día es apabullante. Según un estudio, unos diez mil. En forma de anuncios en la televisión, vallas publicitarias, marcas adheridas a los objetos, correos electrónicos, mensajes de texto, y un sinfín de tipos más.

Por desgracia para nosotros es muy probable que el cerebro humano esté preparado para captar las alteraciones del entorno por si pueden suponer algún peligro. Así que en muchas ocasiones no nos queda otro remedio que atender a las señales que luchan por entrar en nuestra conciencia.

En ese contexto ya de por sí complejo, el uso que frecuentemente hacemos de la tecnología no ayuda precisamente a que nos podamos concentrar. Constantemente los diversos dispositivos que tenemos a nuestro alrededor nos informan de mensajes entrantes, tareas pendientes o llamadas importantes. Y así es muy difícil concentrarse.

Comienzan a aparecer estudios y voces críticas contra la multitarea crónica, que es eso que, desafortunadamente, practicamos ya casi todos: estamos escribiendo un documento y de repente pasamos al cliente de correo, leemos el mensaje que ha aparecido, nos ponemos a contestarlo, cogemos el teléfono porque ha sonado un aviso que nos hace recordar que necesitamos una información, abrimos el navegador para buscarla, y así sucesivamente hasta que, cuando volvemos al documento que estábamos redactando, no recordamos ni por dónde íbamos.

Centrémonos de una vez: nuestra eficiencia lo agradecerá.

Deja un comentario

  • Nombre (obligatorio)
  • (no será publicado) Email (obligatorio, no será publicado)
  • Website

Escribe tu comentario aquí...

XHTML: Puedes usar estos tags: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <s> <strike> <strong>

De conformidad con la Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de Protección de Datos de Carácter Personal, le informamos de que sus datos serán incorporados a un fichero propiedad de EDITORIAL ECOPRENSA, S.A. (en adelante, El Economista) con la finalidad de gestionar su utilización de los blogs. Usted puede ejercitar sus derechos de acceso, rectificación, cancelación y oposición dirigiéndose por escrito a El Economista. C/ Condesa de Venadito, 1- 3º 28027 Madrid. elEconomista podrá limitar, total o parcialmente, el acceso a sus servicios a determinados Usuarios, así como cancelar, suspender, bloquear o eliminar determinado tipo de contenidos si tuviese conocimiento efectivo de que la actividad o información almacenada y/o difundida es ilícita o de que lesiona bienes o derechos de un tercero. No obstante, elEconomista no tiene obligación de controlar la utilización que los Usuarios hacen de los servicios y, por consiguiente, no garantiza que los Usuarios hagan un uso diligente y/o prudente de los mismos. Tampoco tiene la obligación de verificar y no verifica la identidad de los Usuarios, ni la veracidad, vigencia, exhaustividad y/o autenticidad de los datos que los Usuarios proporcionan sobre sí mismos. elEconomista excluye cualquier responsabilidad por los daños y perjuicios de toda naturaleza que pudieran deberse a la utilización de los servicios y de los contenidos por parte de los usuarios o que puedan deberse a la ilicitud, carácter lesivo, falta de veracidad, vigencia, exhaustividad y/o autenticidad de la información que los usuarios proporcionan a otros usuarios acerca de sí mismos y, en particular, por los daños y perjuicios de toda naturaleza que puedan deberse a la suplantación de la personalidad de un tercero efectuada por un usuario en cualquier clase de comunicación realizada a través del portal.