Macroplanning

Publicado por en Predicción.

Uno de los ejemplos más soberbios de la capacidad humana para imaginar cosas y hacerlas realidad es la planificación estratégica de procesos. Cuando las empresas definen su identidad y su misión y fijan sus objetivos estratégicos, han de trasladar luego esos principios al resto de la organización, para que los equipos de trabajo puedan hacerlos realidad. No todas las empresas lo consiguen, pero en las que lo logran es realmente un prodigio ver cómo las acciones de cada departamento, e incluso de cada persona, contribuyen claramente al objetivo global.

A nivel individual, ya sea personal o profesional, resulta también un prodigio ser capaces de alinear las pequeñas acciones de cada día con el plan general que queremos seguir en nuestro desarrollo. Sea cual sea la visión que mantenemos sobre nuestro futuro, nuestra carrera o nuestra marca personal, el reto consiste en capilarizar esa idea en cada una de las cosas que vamos haciendo. De la misma manera que en las empresas todos los procesos tienen que estar alineados con la estrategia, a nivel individual las acciones del día a día deberían contribuir coherentemente con lo que al final pretendemos.

El desarrollo personal es una cuestión de visión, alineamiento y conciencia constante.

Deja un comentario

  • Nombre (obligatorio)
  • (no será publicado) Email (obligatorio, no será publicado)
  • Website

Escribe tu comentario aquí...

XHTML: Puedes usar estos tags: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <s> <strike> <strong>

De conformidad con la Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de Protección de Datos de Carácter Personal, le informamos de que sus datos serán incorporados a un fichero propiedad de EDITORIAL ECOPRENSA, S.A. (en adelante, El Economista) con la finalidad de gestionar su utilización de los blogs. Usted puede ejercitar sus derechos de acceso, rectificación, cancelación y oposición dirigiéndose por escrito a El Economista. C/ Condesa de Venadito, 1- 3º 28027 Madrid. elEconomista podrá limitar, total o parcialmente, el acceso a sus servicios a determinados Usuarios, así como cancelar, suspender, bloquear o eliminar determinado tipo de contenidos si tuviese conocimiento efectivo de que la actividad o información almacenada y/o difundida es ilícita o de que lesiona bienes o derechos de un tercero. No obstante, elEconomista no tiene obligación de controlar la utilización que los Usuarios hacen de los servicios y, por consiguiente, no garantiza que los Usuarios hagan un uso diligente y/o prudente de los mismos. Tampoco tiene la obligación de verificar y no verifica la identidad de los Usuarios, ni la veracidad, vigencia, exhaustividad y/o autenticidad de los datos que los Usuarios proporcionan sobre sí mismos. elEconomista excluye cualquier responsabilidad por los daños y perjuicios de toda naturaleza que pudieran deberse a la utilización de los servicios y de los contenidos por parte de los usuarios o que puedan deberse a la ilicitud, carácter lesivo, falta de veracidad, vigencia, exhaustividad y/o autenticidad de la información que los usuarios proporcionan a otros usuarios acerca de sí mismos y, en particular, por los daños y perjuicios de toda naturaleza que puedan deberse a la suplantación de la personalidad de un tercero efectuada por un usuario en cualquier clase de comunicación realizada a través del portal.