Horas antes de la publicación de los test de estrés el presidente del Santander, Emilio Botín, se mostraba convencido de que el sector español está "a la altura o mejor" que el europeo. Sin embargo, las pérdidas representarían un 7,3 por ciento de su cartera total de activos. Hoy, algunos informes hablan de la subida de los precios de la vivienda para 2011.Los resultados del Comité Europeo de Supervisores Bancarios (CEBS, siglas en inglés) constatan esta visión, pero las entidades españolas contarían con dificultades para aguantar una crisis más prolongada. Las pérdidas inmobiliarias del conjunto del sistema alcanzarían los 207.472 millones de euros, incluidos los impagos de créditos y la depreciación de la deuda soberana en el peor de los escenarios, lo que representa el 7,3 por ciento de su cartera. Pero en todas no tendrá el mismo impacto. La mayor parte soportarían el agujero de esta exposición. Sólo cinco se verían obligadas a recapitalizarse. Aunque lo harán próximamente por órdenes del Banco de España para despejar cualquier tipo de duda sobre su resistencia. Ahora bien, el supervisor sostiene que las entidades españolas muestran en este ejercicio "una notable capacidad para absorber ese deterioro potencial, debido, en primer lugar, a los sustanciales saneamientos que han hecho durante los dos últimos años, ya que sus provisiones acumuladas permitirían absorber un 34 por ciento de ese deterioro bruto". Asimismo, explica que a través de la generación de ingresos absorberían otro 48 por ciento, (incluso asumiendo una severa reducción en su margen de explotación medio respecto a 2009), gracias a un modelo de negocio que genera ingresos más estables y predecibles que otros modelos de banca. Por último, durante 2008 y 2009 las entidades reforzaron su capital (emitiendo recursos propios y capitalizando beneficios) y las cajas de ahorros han llevado a cabo en los últimos meses un importante proceso de reestructuración a través de integraciones, lo que también ayuda a aliviar las necesidades de capital. La peor entidad situada es el grupo de cajas integrantes de la fusión liderada por Caixa Catalunya y en la que participan Caixa Tarragona y Caixa Manresa. Su ratio de solvencia de primera categoría caería por debajo de los mínimos exigidos debido a su política inmobilaria de adjudicaciones de pisos para canjear deuda en vez de refinanciar los créditos. Este hecho penaliza sus resultados, que indican que requeriría 1.032 millones de euros, además de los 1.250 solicitados al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob). No obstante, a la entidad catalana le servirían las ayudas públicas hasta ahora aprobadas en el mejor de los escenarios analizados. Las catalanas, contentos La reacción no se hizo esperar, al igual que en la mayor parte del sector. A través de un comunicado, el grupo, cuyo nombre será Diada, valora "positivamente" la publicación de las pruebas, principalmente para el sistema español en su conjunto, porque "ratifica su solvencia". El director general de la caja, Adolf Todó, declaró en el comunicado que "los resultados de los test de estrés y las eventuales medidas que se puedan derivar de los mismos aportan una mayor solidez al proyecto de futuro de la nueva entidad, al poner a disposición del mismo los recursos de capital necesarios ante un eventual grave deterioro de las condiciones económicas actuales". Además de Banca Cívica, que necesita poco más de 400 millones y que ya ha solucionado sus problemas de capitalización con un acuerdo para que JC Flowers, inyecte fondos suficientes para paliar los impactos de las pruebas, en la lista de calabazas aparece la otra integración de cajas catalanas, cuyo nombre es Unnim y cuya composición la forman Caixa Terrassa, Caixa Manlleu y Caixa Sabadell. Este grupo requiere de 270 millones para hacer frente a una crisis mucho profunda que la actual, al registrar un aguhero inmobiliario y de deuda soberana de 2.500 millones. La caja echó balones fuera a su situación y lanzó un mensaje de tranquilidad al afirmar que las posibilidades de que se dé el escenario de estrés máximo son "prácticamente nulas", concretamente de menos del 0,5 por ciento, según las estimaciones del Banco de España. Los requerimientos no son tan elevados para las cajas castellanas, pero también han suspendido el test y están en el punto de mira de los mercados. El supervisor les ha animado a que soliciten más ayudas al Frob. En concreto 127 millones, que se unirían a los 525 millones ya reclamados en el proceso de su integración. Caja Duero y Caja España tendrían como máximo un agujero de 3.800 millones. Ayer ya anunciaron que no pedirán más fondos a no ser de que el entorno económico empeore sustancialmente porque "las pruebas destacan la fortaleza de su unión". "La nueva caja nace con fortaleza financiera adecuada después de haber realizado un ajuste importante de sus activos, equivalente al que se contempla en el escenario de referencia, que recoge unas hipótesis tensionadas de las variables económicas", añadieron, por lo que los responsables de las dos entidades entienden que tienen "un proyecto sólido, que ya está implantado en 2010". "Los resultados del primer semestre de vigencia del plan se están cumpliendo por encima de lo previsto, de tal manera que el margen de explotación logrado en el semestre transcurrido es sensiblemente superior al utilizado en la prueba de resistencia. Proyectado este margen real se deduciría que no existiría defecto de capital en el escenario adverso", añadieron. Puede que en las próximas semanas se vean obligados a cambiar de opinión, ya que los expertos temen que haya un cierre total de los mercados para las entidades que han salido mal en la foto final. Aprobado por los pelos Al margen de CajaSur, que ya tienen resuelto su futuro con la adjudicación de sus activos a BBK, ninguna entidad española sale perjudicada. El resto han aprobado el examen al que se han enfrentado, pero hay algunos grupos de nuestro país que se verían seriamente comprometido su futuro si las circunstancias económicas empeoraran con respecto al más grave de los escenarios dibujados por el Comité Europeo de Supervisores Bancarios. Eso sí podrían iniciar un nuevo proceso de integración o vender más activos de los previstos. Cajasol, el Pastor, la fusión de Caja Círculo con CAI y Badajoz, el gran SIP de Caja Madrid y Caixa Pollensa han recibido un aprobado que los estudiantes llamarían raspado. Es cierto que aguantan una coyuntura muy severa, pero las pruebas sitúan su ratio de capital de primera categoría cercano al 6 por ciento. Uno de los presidente de una de estas entidades sacó pechó sobre los resultados de su grupo. El máximo responsable del Pastor aseguró que incluso en el supuesto "improbable" del "peor de los escenarios, su banco no necesitaría capital. De esta manera, se reduce las posibilidades de que tenga que acudir a una fusión, después de los intentos fallidos de otros bancos, como el Sabadell, de emprender una integración con el gallego. Entre los grupos que aprueban con un cinco se incluyen uniones de cajas que han reclamado ayudas y otras que no. Cabe destacar el sistema institucional de protección (SIP) que lidera Caja Madrid junto a Bancaja Ayer destacó que el test de estrés al que ha sido sometido demuestra que podría hacer frente "a un contexto muy desfavorable en situaciones económicas de máximo estrés". La agrupación de estas dos entidades más Caja Insular de Canarias, Caixa Laietana, Caja de Ávila, Caja Segovia y Caja Rioja subrayó que está preparada para enfrentarse a un escenario muy adverso con shock de deuda soberana, por lo que supera las pruebas realizadas a 91 entidades europeas en las últimas semanas.