Comunidad Valenciana

El Banco de Valencia necesita más de 100 millones antes del 30 de septiembre

    José Luis Olivas, presidente del Banco de Valencia.


    Al Banco de Valencia, filial al 39 por ciento de Bankia, le quedan dos meses para cumplir el requisito de capital básico del 8 por ciento, y tiene agosto por medio.

    La entidad dio a conocer este jueves sus resultados del primer semestre, que acabó con un core capital del 7,36 por ciento -hace un año era el 6,96- todavía lejos del 8 por ciento.

    El pasado mes de enero, cuando era del 7,21 por ciento, el presidente del banco, José Luis Olivas, cifró entre 130 y 150 millones de euros las necesidades de capital antes del 30 de septiembre, fecha límite para la entidad valenciana, que tenía un tiempo extra sobre el plazo dado a la mayoría por pertenecer a un grupo bancario.

    Olivas dijo en enero que se lograría "sin ningún problema", vía "beneficios recurrentes o una eventual ampliación de capital". La vía de los beneficios está descartada, puesto que los del primer semestre fueron de solo 16,7 millones, con una caída del 64,17 por ciento. El consejo de administración, que probablemente deberá reunirse en agosto, estudia ahora "varias posibilidades" para reforzar el capital básico, según fuentes del banco, entre las que están la ampliación de capital y la emisión de obligaciones convertibles en acciones, operaciones que la junta de accionistas autorizó el pasado mes de marzo por si era necesario.

    Una ampliación de capital obligaría a Bankia a desembolsar su parte proporcional, probablemente más de 40 millones, y es posible que algo más, dadas las dificultades que ha tenido la propia entidad que preside Rodrigo Rato para captar dinero de los inversores.

    La morosidad, en el 6,99%

    La oferta de acciones se realizaría, además, en el peor momento para el Banco de Valencia, con una cuenta de resultados muy dañada por la caída de los márgenes, la elevada morosidad -6,99%, 2,02 puntos más que hace un año- y sus correspondientes dotaciones y, sobre todo, por el deterioro de los activos inmobiliarios.

    En cuanto al negocio, aumentó un 0,61 por ciento interanual, con un 1,44 por ciento menos de creditos y un 4,44 por ciento más de depósitos de clientes.