Turismo y Viajes

Pécs, la bella desconocida

    <i> Fuente Zsolnay. </i>


    Todos los viajes organizados por la Europa clásica hacen 'parada y fonda', un par de días por lo menos, en Budapest. Obligada visita, en algún momento, de nuestra vida viajera. Pero Hungría no se acaba en Budapest... más bien empieza. Aunque la capital magiar cuenta con un sinfín de atractivos, el país tiene mucho más que ofrecer.

    Para este verano proponemos una opción diferente: no parar ni en Buda ni en Pest... sino que cuando lleguemos a Budapest, viajar directamente a Pécs, una ciudad desconocida para el gran público y que merece la pena incluir en nuestra agenda de viajes únicos.

    Es probable que nunca haya oído hablar de Pécs, a pesar que en 2010 fue una de las ciudades elegidas como Capital Europea de la Cultura y se acicaló toda ella para el acontecimiento.

    Situada a 200 kilómetros al sur de Budapest, en la región llamada Transdanubio Sur, Pécs es una ciudad bendecida por un clima y una atmósfera mediterráneos que han propiciado el asentamiento de varias civilizaciones desde el principio de los tiempos. Esta huella se percibe en el casco histórico de la ciudad, en las múltiples excavaciones que han sacado a la luz monumentos arqueológicos de notable importancia. La ciudad posee el hallazgo de la época romana más rico de la Europa Central, reconocido por la UNESCO y designado Patrimonio de la Humanidad en 2000. San Esteban, el primer rey húngaro, fundó aquí el episcopado en 1009, y la primera universidad de Hungría se fundó también en esta ciudad en 1367. Y todavía pueden visitarse los vestigios arquitectónicos de los 150 años de ocupación turca... sus mezquitas, los baños turcos y los mausoleos.

    Romanos, cristianos y turcos

    Una extraordinaria entrada principal con el techo traslúcido nos conduce al Centro de Visitantes Cella Septichora. En una visita de una hora podremos descubrir la vida ritual de las comunidades paleocristianas recorriendo las catacumbas que se refieren al Edén... Adán y Eva, el Paraíso, la serpiente y toda esa parafernalia bíblica aparecen pintados al fresco en los muros que nos conducen a la cámara de Pedro y Pablo, un habitáculo abovedado de piedra que se mantiene intacto e igualmente decorado con frescos de dibujos florales. La 'visita romana' la podemos concluir visitando el patio de una antigua casa en el número 6 de la calle Apáca, junto a la plaza Szent István, que como -además- ya se nos habrá hecho la hora de comer, está muy cerca de uno de los mejores restaurantes de la ciudad, Pezsgöház, donde podremos aprovechar para probar un peculiar vino espumoso elaborado en la región.

    La 'visita cristiana' tiene su edificio emblemático: la Basílica de San Pedro, en la plaza Dóm. Merece la pena visitarla aunque dispongamos de poco tiempo... y sólo sea entrar y salir por su imponente puerta de bronce. Al salir, fíjese bien en un balcón del Palacio Obispal -a la derecha- porque descubriremos la estatua metálica del músico Franz Liszt que le observa apoyado en la baranda.

    Estatua de Franz Liszt.

    Podríamos pasar un día entero en la 'visita otomana', sólo hay que seguir paseando por las calles de la ciudad. En medio de un entorno que no puede ser más pintoresco, en el jardín del Hospital Infantil, se halla la obra más apreciada de la arquitectura otomana en Hungría: el Mausoleo del Pasha Idris Baba; y dominando la plaza de Széchenyi -ágora de lugareños-, se encuentra el mayor santuario musulmán de Europa Central, la Mezquita del Bajá Gazi Kasim, la reliquia más importante que dejó el reinado otomano en la ciudad y que ahora funciona como iglesia católica. Su peculiar cúpula verde contrasta con los edificios barrocos que la circundan, algunos de ellos decorados con coloristas cerámicas.

    El barrio Zsolnay

    Vilmos Zsolnay -nacido en Pécs- fue el más importante ceramista húngaro. Introdujo nuevos materiales en la fabricación de la cerámica artística que le llevaron al reconocimiento mundial. Gracias a la Fábrica de Porcelana Zsolnay, que se estableció en esta ciudad hace 150 años, Pécs presume de unas ricas fachadas de cerámica y tejados multicolores. Las piezas de mayólica (cerámica de acabado vítreo) creadas por Zsolnay estuvieron a la vanguardia del diseño europeo en las últimas décadas del siglo XIX y principios del XX. Un buen ejemplo de esta peculiar cerámica se puede admirar en la colorida fuente con cabezas de toro iridiscentes, esmaltadas en verde, que está cerca de la plaza Széchenyi. Muchas de las creaciones de este artista se conservan en el museo que lleva su nombre, donde también podremos comprar originales piezas de cerámica y joyas de diseño. Una espectacular rampa jalonada por leones cerámicos conduce al mausoleo de Zsolnay, a las afueras del complejo.

    Pécs dicen que es la ciudad húngara con más museos, casi todos los edificios de la calle Káptalan lo son. En el número 3, se encuentra la casa-estudio de Víctor Vasarely, nacido en Pécs, y creador del Op-art. La colección alberga una completa perspectiva de toda su obra, desde sus dibujos de la época más temprana hasta las sugerentes creaciones geométricas que tuvieron gran influencia en el mundo de la moda femenina en la década de los años sesenta del pasado siglo. En el número 4 está La Pinacoteca Húngara Moderna, una galería que alberga un excelente panorama de las obras de los creadores de la vanguardia de los pintores eminentes de fin de siglo, como Rónai, Pór o Czóbel, y de la vanguardia de los 'dorados' años veinte, como Moholy-Nagy. Seguimos paseando por la calle de los museos... En el número 5 nos toparemos con un edificio moderno decorado con una curiosa composición titulada 'Calle', del artista Erzsébet Schaár, y en el número 11 de la vecina calle Janus Pannonius se halla el museo de otro gigante de la pintura húngara, Tivadar Csontváry, uno de los representantes más eminentes del estilo plein-air.

    Candados de amor

    Aunque ya están por todo el mundo, Pécs fue una de las primeras. Se trata de la costumbre de atiborrar una determinada verja de la ciudad con 'candados de amor'. El fenómeno se intentó frenar hace años poniendo multas, pero ahora la tendencia es imparable y se ha convertido en un atractivo turístico más para las parejas que visitan la ciudad, incluso ya existe una especie de verja ad hoc para el efecto. Así lo hicieron también la pareja de enamorados formada por el Rey Felipe VI y la Reina Letizia, en su primer viaje al extranjero tras su boda. Se dice que la Reina Letizia guardó la llave... que luego tiraría al Manzanares a su vuelta a España. Mejor no emplear mucho tiempo en buscar el histórico candado, desistirá del intento a la hora de pesquisa.

    Además de muchas parejas de enamorados en busca de su verja ideal, Pécs está plagada de estudiantes. Su reputada universidad, es la responsable de su animado ambiente nocturno. Las terrazas abundan... donde impera el vodka-tonic. Durante todo el verano la oferta de diversión se amplía con conciertos de música y espectáculos al aire libre.

    Además, este año, y hasta finales de septiembre, en la plaza Széchenyi, los turistas pueden contemplar el gigantesco caballo de Leonardo da Vinci, que pertenece a la magna exposición del genio italiano que lleva años recorriendo el mundo. Espectacular.

    El Caballo de Leonardo da Vinci, en la plaza Széchenyi.

    Guía de Viaje

    Cómo llegar a Pécs. La compañía húngara WIZZ AIR (www.wizzair.com) tiene vuelos desde Madrid a Budapest todos los días, excepto los sábados. Desde Barcelona, los vuelos son diarios. Con Vueling (www.vueling.com), Barcelona-Madrid tienen vuelos con la capital húngara miércoles, sábados y domingos... hasta finales de septiembre. La duración del vuelo es de 3 horas.

    Una vez en Budapest, la empresa de autobuses Pannon-Volán (www.pannonvolan.hu) tiene ruta directa diaria desde Budapest a Pécs cinco veces al día. Salen desde la estación de Népliget. El viaje dura unas cuatro horas. Se pueden comprar billetes por Internet en: www.volanbusz.hu/en

    Los ferrocarriles húngaros MÁV tienen varios trenes diarios entre Budapest y Pécs. El Intercity IC es un tren cómodo con servicio de bar-restaurante y recorre el trayecto en tres horas. La estación de trenes de Budapest se llama Keleti pu (parada de la línea M2 y M4 de Metro de Budapest con el mismo nombre). Consultar los horarios en http://elvira.hu/english/index.php.

    Pero sin duda la opción más cómoda es viajar por carretera en coche de alquiler por la autopista M6, y pararse de vez en cuando, porque así podremos ver en el camino los interesantes edificios de madera construidos por el arquitecto húngaro Imre Markovecz, un referente de la arquitectura orgánica, en el pueblecito de Paks, y además nos iremos familiarizando con los viñedos húngaros, sobre todo si contemplamos la vista panorámica desde la cima del monte Kálvária.

    Hay que tener en cuenta que en Hungría el peaje es obligatorio antes de pisar las autopistas y se tiene que comprar un bono que venden en las gasolineras. El precio del peaje para las autopistas es de aprox. 10 euros.

    Para traslados directos a Pécs, o alquilar un coche por nuestra cuenta, se pueden consultar las webs: www.zonataxi.eu; www.airportshuttle.hu y www.fox-autorent.com.

    Turismo de Pécs: www.visitpecs.com