A l igual que la dieta mediterránea y la cocina tradicional de Francia y Japón, la gastronomía mexicana es considerada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Esta distinción otorgada por la Unesco recayó en la cocina de México en el año 2010. La organización señaló que la gastronomía del país había logrado convertirse en un modelo cultural completo gracias a la participación de la colectividad. La Unesco reconocía la importancia de todos los procesos con los que cuenta la cadena alimentaria tradicional de México, desde la siembra hasta la degustación. ?La cocina tradicional mexicana comprende actividades agrarias, prácticas rituales, conocimientos prácticos antiguos, técnicas culinarias y costumbres y modos de comportamiento comunitarios ancestrales?, declaraba la organización. El país mexicano, consciente de la importancia cultural de este hecho, ha querido impulsar su cocina como uno de los atractivos fundamentales para la recepción de turistas que quieren disfrutar de una experiencia gourmet. Además de contar con sus tradicionales frijoles, el maíz y el chile, en la cocina de México sobresalen el cacao, tradicional de Tabasco, el queso, con gran representación en Querétaro -donde se puede disfrutar también de una ruta dedicada al vino- y el Tequila de Jalisco, tan popular más allá de las fronteras del país. Ver, oler y degustar el cacao Situado en el Golfo de México, el Estado de Tabasco alberga el 80 por ciento de la selva tropical mexicana. Allí, el visitante puede adentrarse en la naturaleza más sorprendente y conocer los vestigios arqueológicos mayas. Además de eso, Tabasco se caracteriza por sus fincas cacaoteras, ubicadas en haciendas de la época colonial. En ellas, los turistas descubren las técnicas de cultivo del cacao; ven, huelen y prueban este fruto en sus distintas etapas de producción y degustan el chocolate artesanal más delicioso. Una ruta de queso y vino El Estado de Querétaro alberga algunos de los escenarios mexicanos en los que se pueden encontrar casas vinícolas que abren sus puertas a los visitantes. Municipios como Colón, Ezequiel Montes, El Marqués y Tequisquiapan permiten disfrutar de un recorrido enológico. Además, entre este último municipio y Santiago de Querétaro, capital del Estado, se encuentran una serie de ranchos que, de manera artesanal, fabrican quesos mexicanos y europeos. Todos ellos se han agrupado en la denominada Ruta del queso, una iniciativa que permite conocer el proceso de elaboración de este producto y degustar sus distintas variedades. De Tequila a Guadalajara El tequila se ha convertido en uno de los emblemas más destacados de la cultura mexicana. Aun así, la denominación de origen del tequila se limita a la bebida procedente de los municipios ubicados en Jalisco, Nayarit, Guanajuato, Tamaulipas y Michoacán. Estos Estados ofrecen la posibilidad de visitar una serie de destilerías que descubren los procesos necesarios para la producción del tequila, desde la siembra del agave hasta las barricas de añejamiento. Además de otorgarle el nombre, fue el pueblo de Tequila (Jalisco) el primero en albergar una casa dedicada a este licor. En el año 1600, Pedro Sánchez de Tagle inaugura esa destilería pionera que convirtió al municipio en una de las localidades más emblemáticas del Estado. Junto a ella, la capital de Jalisco, Guadalajara, que también se caracteriza por su particular gastronomía. Allí, se pueden degustar las tortas ahogadas -rellenas de carne de cerdo y bañadas en salsa roja- y dar un paseo por el Mercado Libertad, una construcción del arquitecto Alejandro Zohn.