Transportes
El consorcio español del AVE a La Meca no puede reclamar por retraso hasta 2018
- Arabia quiere que se pruebe un tren a finales de año dentro del área 4
El consorcio español que construye la segunda fase del AVE La Meca-Medina no puede reclamar compensaciones por el retraso de las obras de la fase inicial hasta mediados del año 2018.
Según explican varias fuentes del consorcio consultadas por este periódico, el Gobierno de Arabia Saudí, consciente de la demora en las obras del consorcio Al-Rajhi Alliance (formado por dos empresas locales y por China Railway), incluyó una condición en el contrato para que desde el mes 52 hasta el mes 70 de la licitación España no pueda ser compensada económicamente en el caso de que las obras de la primera fase se retrasen.
Ello supone que contando que la entrada en vigor del contrato (denominada técnicamente Notice to Proceed) se firmó el 15 de septiembre de 2012, desde enero de 2017 hasta julio de 2018 el consorcio español tendría que hacer frente por su cuenta a los costes de continuar con los equipos materiales en Arabia Saudí y también con los equipos humanos (como es el caso del gran número de expatriados) que ya están llevando al país las diferentes empresas del consorcio español.
Esta falta de compensación económica sólo se produciría por este escenario. Por supuesto, en el caso de que se cambiara lo pactado en el contrato en otras cuestiones como el trazado o el ritmo de las obras, España sí que podría renegociar todos esos términos para que el contrato le sea rentable económicamente y ahí el Gobierno saudí no pondría ningún problema.
Por ejemplo, si Arabia Saudí ante el retraso de la Fase 1 quiere acelerar el ritmo de las obras superando las condiciones pactadas con España, lo tendría que pagar aparte de los 6.700 millones que tiene que desembolsar al consorcio, ya que los costes de incrementar la productividad -poner más turnos, etc.- son notablamente más caros.
Primer tramo a final de año
Y eso podría ocurrir ya en breve. El Gobierno de Arabia Saudí quiere que a finales de este año se pruebe ante la Familia Real un tren en diciembre dentro del área 4 de las obras, la que ya se entregó al consorcio español. Algunos expertos del consorcio explican a elEconomista que para hacer eso posible se tendrían que centrar todos los esfuerzos en tener lista sólo una de las dos vías del trazado. Ello, instalar completamente primero un rail y después el otro, es mucho más caro que terminar los dos al mismo tiempo, como se hace en la mayoría de los casos si no existieran exigencias externas.
Dentro del consorcio también existen desavenencias porque algunos miembros del mismo aseguran que los 52 meses de plazo para la obra no deberían de contar desde el 15 de septiembre de 2012, sino desde la fecha en la que cada empresa se incorpora a la actividad, porque en el caso de las últimas existen muchas posibilidades que se salgan de fecha y no pueda reclamar las compensaciones ya comentadas por seguir manteniendo en la zona su material herramienta (en el caso de OHL o Copasa, por poner un ejemplo, utilizan trenes para montar la vía y amoldar el balasto) o su equipo humano.
Un portavoz oficial del consorcio español consultado por las compensaciones asegura que "el contrato y su contenido es confidencial y las provisiones del contrato son, como es habitual en este tipo de acuerdos, muy complejas. Establece una serie de obligaciones para cada una de las partes y si una de ellas lo incumple, el acuerdo establece también los mecanismos pertinentes para que la otra parte no se vea perjudicada". Aunque no dan detalles, las fuentes oficiales añaden que "con respecto a los plazos del contrato, el dato de los 52 meses y la fecha de diciembre de 2016 son correctos. Adicionalmente, el contrato establece cuales son los supuestos bajo los que el plazo se ha de ampliar (o reducir) y los mecanismos para determinar dichas modificaciones".