Terrorismo
Un año de esperanza y escasos avances tras el fin de la violencia etarra
Este sábado se cumple el primer aniversario del "cese definitivo" de la violencia de ETA, una escenificación en tres actos que culminó con el anuncio largamente esperado por la sociedad española, el del fin de la amenaza terrorista, y que abrió un nuevo camino en el que se han dado contados avances.
El primer acto tuvo lugar el 17 de octubre de 2011 en el Palacio de Aiete de San Sebastián, reconvertido en Casa de la Paz, que acogió una Conferencia sobre el fin del terrorismo avalada con su presencia por el ex secretario general de la ONU Kofi Annan.
La Conferencia concluyó con una declaración que pedía a ETA el "cese definitivo de su actividad armada", instaba a los gobiernos español y francés a negociar con la banda las "consecuencias del conflicto" -aspectos técnicos relacionados con los presos, las víctimas y el desarme-, y animaba a comenzar un diálogo sobre las cuestiones políticas.
Un día después, en el segundo acto, el dirigente de la izquierda abertzale Rufi Etxeberria hacía suyas la conclusiones de la Conferencia y asumía, por primera vez, la petición a ETA para que anunciara el final definitivo de su actividad terrorista.
El camino aparecía así despejado para el acto final, un comunicado que todos los partidos y observadores esperaban en breve y que únicamente tardó dos días en llegar.
El 20 de octubre, ETA, con las mismas palabras empleadas en Aiete, anunciaba el "cese definitivo" de su "actividad armada".
Escasos avances
Desde entonces, los pasos que se han dado en los dos carriles apuntados por la Conferencia de Aiete -el técnico y el político- han sido escasos en un año con dos citas electorales y en un país acuciado por una profunda crisis económica que ha situado el "problema vasco" en un lugar secundario de la agenda política.
El final del terrorismo, como siempre que las armas han callado en Euskadi, fue respondido con el respaldo electoral a la izquierda abertzale que, a través de Amaiur, se convirtió el 20 de noviembre en la primera fuerza política vasca en el Congreso de los Diputados, en unas elecciones que situaron a Mariano Rajoy en la Moncloa con una amplia mayoría absoluta.
El pasado 26 de febrero, la izquierda abertzale expresó su "profundo pesar" por las consecuencias de la "acción armada" de ETA y asumió que su propia posición política ha podido causar "un dolor añadido" o un sentimiento de "humillación" a las víctimas.
Este compromiso tuvo su única consecuencia práctica en la presencia del diputado general de Gipuzkoa, Martín Garitano (Bildu), en el acto de homenaje de una víctima de ETA, el empresario Joxe Mari Korta, el pasado 8 de agosto en Zumaia.
Ni condenas ni disolución
A partir de ahí, este sector no ha atendido los reiterados requerimientos para condenar la propia historia de ETA, ni para exigir su disolución, un paso que la organización terrorista no parece dispuesta a dar a corto plazo.
De hecho, según una información de Vasco Press, en pleno aniversario del anuncio, la banda se encuentra sumergida en un debate sobre su futuro. La postura de no disoverse se presenta como la más fuerte, y la solución parece dirigirse a un continuismo como grupo clandestino.
Según esta misma fuente, ETA ha enviado a sus militantes un documento conocido como 'informe básico', en el que se da por hecho la ratificación del comunicado de cese de la violencia lanzado hace un año, pero se apuesta por el continuismo de la banda, incluso si fueran liberados todos sus presos.
El Gobierno no negocia
El Gobierno, que se ha mantenido firme en su posición de no negociar con ETA, ni dialogar con la izquierda abertzale, también ha querido hacer algún gesto, como cuando anunció, el 26 de abril, la puesta en marcha de un plan de reinserción de reclusos de ETA, a quienes se exige que se separen de la banda y se arrepientan, en la misma línea de la llamada vía Nanclares impulsada por el ejecutivo anterior.
La política penitenciaria ha sido un foco de discordia durante todo este año, en el que el Gobierno ha mantenido la dispersión de los presos y ha defendido la llamada 'doctrina Parot', cuestionada por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
La tensión por el 'caso Uribetxebarria'
El caso del etarra enfermo Iosu Uribetxebarria significó el momento de mayor tensión de una cuestión que la izquierda abertzale ha convertido en su bandera y que al Gobierno de Rajoy le ha costado críticas de algunas de las principales asociaciones de víctimas del terrorismo.
Otro de los asuntos pendientes, el de la situación legal de la izquierda abertzale, comenzó a encauzarse cuando el PP renunció a exigir en el Congreso la ilegalización de Amaiur y Bildu y, posteriormente, cuando el Tribunal Constitucional avaló la legalidad de Sortu, el nuevo partido heredero de Batasuna.
Con una izquierda abertzale en vía de legalización, el PSE-EE ha accedido a mantener una línea estable de relación, mientras que el PP se ha cerrado en redondo a cualquier tipo de contacto.
Ausencia de ETA
Mientras en el terreno político la situación parece estática, la ausencia de ETA sí se ha dejado notar en la vida de las personas que más directamente sentían su amenaza, como los empresarios vascos, que han dejado de sufrir la extorsión de la organización terrorista.
Además, a muchos amenazados -como a la mayoría de jueces y fiscales- se les ha retirado la seguridad, mientras que otros afectados, como numerosos concejales vascos del PP y del PSE, han renunciado voluntariamente a su escolta y vuelven a disfrutar de una vida en libertad.
Los partidos instan a ETA a la disolución
Las fuerzas políticas con representación parlamentaria también han exigido a ETA que siga avanzando hacia su disolución total y la entrega de las armas.
Conrado Escobar, portavoz de Interior del grupo popular, subraya que "la única y verdadera noticia positiva sigue sin llegar y es la disolución incondicional de ETA", con la entrega de las armas y con una "expresa petición de perdón a las víctimas por todos los asesinatos y el daño producido"
Escobar, que rehúsa hablar del contexto en el que se produce este aniversario, en plena campaña electoral en el País Vasco, reitera que eso es lo único que espera cualquier persona con sentido común, con "criterios de decencia democrática" y con el respeto debido a quienes "tanto han sufrido" con el terrorismo.
Según el portavoz del PSOE en la Comisión de Interior, Pedro Muñoz, este aniversario es "una recompensa" para quienes más han sufrido el terrorismo, que son las víctimas, y para quienes más lo han combatido, que son las fuerzas y cuerpos de seguridad.
Muñoz hace hincapié en que, además, tanto en el Gobierno central como en el vasco había al frente un responsable socialista hace un año, lo que, a su juicio, no fue "una mera coincidencia", porque ambos arriesgaron mucho pese a la "incomprensión" de algunos partidos como el PP.
Escepticismo
Para la líder de UPyD, Rosa Díez, la única diferencia que existe entre este anuncio y treguas anteriores de ETA es el giro que ha dado el PP en relación con esta cuestión y que ella interpreta como la aceptación por parte del Gobierno de Mariano Rajoy de "un empate" entre el "terror y el Estado y el terror y la democracia".
Díez afirma que la banda terrorista no ha desaparecido, como algunos quieren hacer ver, sino que ha quedado "oculta como una garrapata". "Aunque ahora ETA no mata tampoco nos deja vivir", recalca.
El diputado de Amaiur Rafael Larreina sostiene que durante este año las fuerzas "soberanistas" han dado pasos importantes para la normalización política del País Vasco, lo que no han hecho los partidos estatales, que "no se han movido de donde estaban", lo que, a su juicio, es una "irresponsabilidad", sobre todo del Gobierno.
Larreina cree que es a éste al que le toca sentarse a negociar con ETA las cuestiones relacionadas con los presos y el desarme, tal y como determinaba la Declaración de Aiete, recuerda.
El portavoz del PNV en la Cámara Baja, Josu Erkoreka, hace un balance "necesariamente positivo" del anuncio de ETA porque han desaparecido los atentados y las amenazas y "se respira un aire de libertad que la mayoría de los ciudadanos no recordaba".
Con todo, señala que el proceso debe seguir avanzando hasta culminar con la disolución de la organización terrorista y la entrega de los arsenales militares, y advierte a Bildu de que no puede pretender imponer un esquema bilateral de cesiones mutuas ni exigir medidas compensatorias previas al Gobierno.
La demanda de un "completo final"
El líder de IU, Cayo Lara, piensa que el anuncio de ETA fue un paso muy importante, pero subraya que lo que demanda ahora la inmensa mayoría del pueblo español y vasco es el "completo final" de la banda y su abandono definitivo de las armas.
A continuación -sostiene- los terroristas que en su momento optaron por la vía armada, deben integrarse de forma plena en el Estado de derecho para plantear sus reivindicaciones.
Jordi Jané, portavoz de Interior de CiU en el Congreso, ve positivo el paso dado por ETA pero insuficiente, y coincide con los demás en la necesidad de que la banda terrorista tiene que dar "el último paso": disolverse y entregar las armas. Jané reivindica el "compromiso ético" de recordar en todo momento a las víctimas.