Tenis
Rafa Nadal gana a Djokovic en un partido épico y ya está en la final de Roland Garros
Tras cuatro horas y cuarenta minutos de partido, Nadal levantó los brazos en la Philippe Chatrier de París. Había pasado a la final de Roland de Garros contra el número uno del mundo, Novak Djokovic, y lo había hecho tirando de épica, remontando un break en el último set y ganando por 4-6, 6-3, 1-6, 7-6 y 7-9 en un partido para enmarcar.
En un buen primer set, el manacorí se impuso gracias a un juego seguro, agresivo, tapando cualquier posible reacción de Djokovic. Con empate a tres, Nadal consolidó la rotura al saque y se impuso con el 4-6 final. Todo parecía un paseo para Rafa, pero el serbio no estaba dispuesto a que fuese así.
Y es que Nadal comenzó con muy buen pie la segunda manga y se puso pronto con una rotura a favor. Con 2-3 y saque a favor, el balear lo tenía todo a favor para ponerse 2-0, pero Djokovic sacó su mejor tenis y encadenó cuatro juegos y dos roturas seguidas para empatar el partido con un 6-3.
Gran tercer set
En el tercer set, Nadal se rehízo y se llevó literalmente por delante al serbio, con un 5-0 inicial. Djokovic pudo llevarse un juego con su saque, pero el español no perdonó al servicio y puso el 1-6 en el marcador. Con el segundo set en la mochila, Nadal se sintió mucho más seguro y con empate a tres juegos, consiguió al resto el 4-3.
Con todo a favor para llevarse el cuarto set y el partido, Nadal flaqueó en su saque y fue víctima de un nuevo break. El partido, de nuevo igualado, fue una batalla a partir de ese momento, con el físico muchas veces por encima de la calidad individual. Con 5-5, Nadal rompió de nuevo el servicio del balcánico y se dispuso a sacar para ganar. Pero Djokovic tampoco es de este mundo, y repitió break y sorpresa, forzando el 'tiebreak'. En el desempate, Djokovic fue un gigante, y con dos minibreaks, se llevó el cuarto set.
El último set
La última manga fue la de los héroes. El set en el que sólo sobreviviría el más fuerte. Y no comenzó nada bien para Nadal, que perdió el saque a la primera. Nole consolidó la ventaja y puso en aprietos al español para no volver a repetir break, pero Nadal es un titán y tirando de épica, logró devolver la rotura para establecer el 4-4. El partido siguió igualado hasta el 7-7.
En ese momento, Nadal ganó su saque con facilidad y puso de nuevo a Nole contra las cuerdas. En esa ocasión, Djokovic no fue Djokovic y Nadal sí fue Nadal. El balear rompió el juego en blanco y ganó el partido y el pase a su octava final en París. Su octavo Roland Garros está más cerca. Hoy, Nadal es un poco más inmortal.