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Inducir el trabajo de parto cuando el bebé es grande previene lesiones durante el parto
(Reuters Health) - Algunas embarazadas de bebés inusualmentegrandes se beneficiarían con la inducción del parto para reducirel riesgo de que los hombros del bebé se traben durante elparto, según sugiere un estudio de Europa.
En general, no se induce el trabajo de parto en las mujerescon menos de 39 semanas de gestación porque los partosprematuros pueden generar trastornos respiratorios y otrascomplicaciones infantiles.
Pero dado que los fetos "grandes para la edad" pueden sufrirlesiones si los hombros se traban durante el parto, los autoresutilizaron la inducción del trabajo de parto entre las 37 y 38semanas para determinar si la medida hacía más seguro el parto.
"Pienso que los beneficios de la inducción superaron losriesgos potenciales del parto muy prematuro" en un pequeñoporcentaje de bebés excepcionalmente grandes, según dijo pore-mail el doctor Michel Boulvain, del Departamento deObstetricia y Ginecología de los Hospitales Universitarios deGinebra, Suiza.
Su equipo estudió la inducción del trabajo de parto como unaopción para reducir la distocia de hombros, que eleva el riesgode fracturas, daño nervioso de la columna y sofocación duranteel parto. Afecta al 10 por ciento de los bebés grandes.
Los autores utilizaron sonogramas para identificar a más de800 mujeres con bebés dentro del percentilo 95 de peso para laedad gestacional. Al azar, en la mitad de las mujeres se utilizóla inducción del parto, mientras que en el resto se optó por elmonitoreo habitual hasta que el trabajo de parto comenzaranaturalmente o que fuera necesario inducirlo. La inducción serealizó en 366 de las 409 mujeres seleccionadas originalmente yen 116 de las 413 mujeres monitoreadas.
La distocia de hombros, la salida demorada del cuerpodespués de la cabeza o las fracturas se registraron en el 2 porciento de los bebés de las mujeres con parto inducido y en el 6por ciento de los bebés del grupo monitoreado. Es decir que sepudo prevenir un caso de distocia de hombros por cada 25inducciones.
No hubo diferencias en las tasas de cesáreas entre ambosgrupos.
Las limitaciones del estudio incluyen que la cohorte fueramás pequeña que lo esperado porque era difícil conseguirvoluntarias y la potencial imprecisión de los sonogramas alfinal del embarazo, según publica el equipo en The Lancet.
Para Boulvain, esperar hasta las 39 semanas o más degestación para inducir el trabajo de parto reduciría los efectosbeneficiosos en términos de prevención de la distocia dehombros. En este momento, la intervención no parecería reducirel peso del bebé o prevenir las lesiones versus una o dossemanas antes en el embarazo.
"La balanza entre los riesgos y los beneficios se inclinaríahacia otro lado", sostuvo.
Los resultados hablan de un delicado acto de equilibrio delas mujeres y los médicos entre el intento de inducir el parto alas 37 o 38 semanas para prevenir lesiones potencialmente gravesy de evitar el parto antes de las 39 semanas que también puededañar al bebé, según publica en un editorial sobre el estudio eldoctor Aaron Caughey, obstetra y ginecólogo de Oregon Health andScience University, Portland.
Explicó que, históricamente, la inducción del trabajo departo está asociada con una elevada tasa de cesáreas y, cuandose realiza antes de las 39 semanas de gestación, aumenta elriesgo de complicaciones neonatales, como la inmadurez pulmonar.
Aun así, "el estudio de The Lancet sugeriría que en el casode los fetos especialmente grandes, la inducción del trabajo departo proporcionaría algunos beneficios".
FUENTE: http://bit.ly/1bvfwhG (REUTERS LEA)