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Un truco para pescar podría estar extendiéndose entre delfines
La primera vez que fotografiaron a delfines sacudiendo caracolas en la superficie del océano, en 2007, los investigadores de la Universidad de Murdoch, en Perth, no estaban muy seguros de lo que estaban viendo.
"Es un vistazo fugaz, lo ves y piensas, 'eso es un poco raro'", comentó Simon Allen, investigador de la Unidad de Investigación de Cetáceos de la universidad.
"A lo mejor están jugando, a lo mejor están socializando, quizá los machos están ofreciendo un regalo a una hembra o algo así, a lo mejor resulta que los animales están comiéndose el animal de dentro", apuntó.
Pero los investigadores quedaron aún más intrigados cuando estudiaron las fotos y encontraron la cola de un pez saliendo de la caracola, dándose cuenta de que al sacudirlas, el agua salía de la concha y hacía que el pez que había dentro cayera en la boca del delfín.
Una búsqueda en los registros de los delfines en la parte este de bahía Shark, una población que lleva bajo estudio casi 30 años, encontró en torno a media docena de avistamientos de comportamientos similares a lo largo de dos décadas.
Después, los expertos lo vieron al menos siete veces durante los cuatro meses de periodo de investigación que comenzó el pasado mayo, explicó Allen.
"Hay una posibilidad ahí -y en esta fase es especulación- de que esta clase de cambio de verlo seis o siete veces en 21 años a verlo seis o siete veces en tres meses nos dé la fascinante posibilidad de que podría estar extendiéndose ante nuestros propios ojos", añadió.
"Es demasiado pronto para decirlo de forma definitiva, pero estaremos vigilando muy de cerca las próximas temporadas de campo", indicó.
Los delfines de la bahía Shark ya son poco comunes por haber desarrollado dos técnicas de forrajeo, una de las cuales implica que el delfín se vara brevemente para coger peces, después de empujarlos hasta la orilla.
En la otra, los delfines rompen un trozo cónico de esponja de mar y la colocan en su cabeza, protegiéndose mientras buscan comida en el lecho marino.
Pero estas dos técnicas se extienden de forma "vertical", principalmente en la población de hembras, de madre a hija. Lo intrigante de este nuevo comportamiento con las caracolas es que podría estar expandiéndose de forma "horizontal", dijo Allen.
"Si se extiende de forma horizontal, entonces esperaríamos verlo más a menudo y esperaríamos verlo entre 'amigos'", añadió, señalando que se sabe que los delfines tienen preferencias en cuanto a sus compañeros y con quién pasan el tiempo.
"La mayoría de los avistamientos de este año son el mismo hábitat donde lo vimos por primera vez en 2007, y se sabe que un par de los individuos de este año se asocian con los que vimos haciéndolo hace uno o dos años", dijo.
El siguiente paso sería no sólo observar ese comportamiento en otra temporada, sino también intentar recoger pruebas de acciones deliberadas por parte de los delfines.
"Si pudiéramos poner algunas caracolas en una fila o ponerlas boca abajo o algo así, y después volver al día siguiente, si no les viéramos haciéndolo pero encontrásemos pruebas de que han dado la vuelta a las conchas o las han convertido en un refugio apetecible para un pez, entonces eso implica una planificación hacia el futuro significativa por parte de los delfines", señaló Allen.
"La idea bonita es que existe esta intrigante posibilidad de que podrían manipular el objeto con antelación. Eso podría transformar el uso de la concha como un objeto conveniente al empleo de una herramienta", añadió.