Sociedad

Cerca de dos mil personas acudieron a celebrar el toro jubilo de Medinaceli

    Toro júbilo/ Fuente: Archivo


    Más de dos mil personas han acudido a la plaza Mayor de Medinaceli (Soria) para presenciar el toro jubilo, el único toro de fuego que ha llegado hasta nuestros días en Castilla y León y que ha solicitado la declaración de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad a la UNESCO.

    El festejo, que se ha desarrollado con normalidad y durante casi una hora -desde media hora antes de las doce de la noche-, ha venido precedido por primera vez de una concentración celebrada tres horas antes en el mismo escenario por medio centenar de miembros de Amnistia Animal, que han rechazado la celebración de este festejo que maltrata al toro y que supone, a su juicio, un anacronismo en el siglo XXI.

    El alcalde de Medinaceli, Felipe Utrilla (PP), ha defendido, en declaraciones a EFE, la continuidad de esta tradición milenaria que desde 2002 está reconocida por la Junta de Castilla y León como "espectáculo taurino tradicional" y que cumple perfectamente la normativa "que siempre nos han exigido".

    Además ha recordado que esta tradición está respaldada por la mayoría de los vecinos de Medinaceli, villa soriana que alberga a 840 vecinos en la cuenca del Jalón.

    La corporación medinense ha celebrado una conferencia sobre el toro jubilo y los encierros de Cuéllar (Segovia), en la que el archivero municipal del Ayuntamiento de Soria, José Antonio de Miguel, ha subrayado que el toro hilvana a los españoles de hoy con los rituales de sus antepasados del Neolítico, "sin haberse roto ningún eslabón" en este decurso histórico, como ha sucedido en otros países.

    La tradición ha vuelto a cumplirse un año más cuando una veintena de mozos y colaboradores han sacado de los toriles, a las once y media de la noche, al toro ensogado, de nombre "Victorioso" -un utrero de 400 kilogramos procedente de la localidad navarra de Cortes-, para amarrarle a un poste situado en la plaza Mayor.

    Los mozos han colocado a continuación un armazón de hierro en la testuz del animal inmovilizado, y en el mismo han sujetado las bolas de pez, elaboradas previamente con estopa, aguarrás y azufre, y han embadurnado de barro los lomos y la testuz del astado, como protección contra el fuego.

    Uno de los mozos ha cortado la soga para que, sin más esperas, el toro de fuego protagonizase durante más de media hora carreras en la plaza Mayor, entre los engaños de los aficionados y sorteando las cinco luminarias encendidas en el improvisado albero y que representan a los cinco mártires de los Cuerpos Santos -Arcadio, Provo, Pascual, Eutiquiano y Paulino-, patrones de Medinaceli.

    El festejo ha terminado pasadas las doce y media de la noche cuando se ha apagado la cornamenta de fuego añadida al toro.

    El Ayuntamiento de Medinaceli tuvo que justificar en los primeros años del siglo XXI a la Junta de Castilla y León que esta tradición tenía al menos más de doscientos años de historia para ser declarada como "espectáculo taurino tradicional".

    En el Archivo de los Duques de Medinaceli hay constancia de que el toro jubilo fue presenciado desde el balcón del Palacio Ducal en la noche del 29 de diciembre de 1559 por el rey Felipe III y su esposa, tras su luna de miel.

    En aquella época, según los estudiosos de esta tradición, el toro jubilo se festejaba varias veces al año para gozo y disfrute de personajes ilustres y fue a finales del siglo XVIII o comienzos del XIX cuando se trasladó definitivamente su celebración ritual a la noche del 13 de noviembre o la más próxima a esta festividad de los Cuerpos Santos, patrones de la villa medinense.