Sociedad
Lasquetty, perfil arrogante frente a la rebelión de las batas
Javier Fernández-Lasquetty es el nombre propio que ha copado la información durante las últimas semanas. De un perfil discreto, el consejero de Sanidad de Madrid ha pasado a la primera fila por los planes de privatización de seis hospitales de la Comunidad de Madrid.
Ante las protestas a las que se han unido el grueso de los profesionales de la salud -médicos, enfermeras, auxiliares y otros empleados de centros sanitarios- y de los usuarios de la sanidad pública, Lasquetty se ha decantado por una posición dura y sin fisuras.
Comenzó con una representación caracterizada por la firmeza de la postura del Gobierno regional, justificada por la necesidad incuestionable de privatizar algunos centros hospitalarios ante el gasto público. "El Sistema Nacional de Salud está en el momento más comprometido de su historia" y, por este motivo, de las medidas que tomen los que tienen "responsabilidad en su gestión" depende "su viabilidad", dijo.
Con la presentación del casi millón de firmas recogidas por los sanitarios contra los recortes en el ámbito de la salud en la región y las huelgas articuladas, Lasquetty apostó por el desprestigio a los profesionales de la sanidad. El consejero tachó los paros de "irresponsables, injustos e injustificados" y comunicó que 4.000 operaciones quirúrgicas habían sido suspendidas por la huelga, a pesar de que los paros no está afectando a ninguna intervención de urgencia o de especial gravedad, como las oncológicas.
Al desprestigio de los profesionales sanitarios se ha sumado una actitud arrogante que parece reforzada en las dos últimas semanas.
La arrogancia de Lasquetty
La iniciativa de 'Abraza tu hospital', que reunió a sanitarios y usuarios en torno a los centros hospitalarios, en un gesto de rodearlos en señal de protección frente a la privatización, tuvo una reacción fuera de tono por parte de Lasquetty, quien dijo que le parecía positivo, al tratarse de "un signo de afecto".
Esta semana, al ser preguntado por los periodistas por el ahorro efectivo que supondría la privatización de seis hospitales madrileños, Lasquetty no supo responder y se agarró a ambigüedades.
Un par de días después, tras el anuncio de dimisión de 120 directos de centros médicos de Madrid como modo de presión para evitar los planes de privatización, Lasquetty se sacudió la noticia con tranquilidad y restándole importancia: "Se trata solo de un grupo reducido", concretó, cuando la cifra suma casi la mitad de profesionales que ocupan este puesto de responsabilidad.
Y la arrogancia del consejero tampoco tardó en aparecer en este caso. Ayer mismo anunciaba que el problema de las dimisiones sería rápidamente solucionado con "la sustitución de esos médicos".
La guerra en la sanidad madrileña continúa a falta de días para que sea aprobada la Ley de Acompañamiento, que sellará los planes de privatización de los hospitales de Madrid.