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Externalizar servicios, una opción ya disponible para las pymes españolas


    Belén Plaza

    La externalización, también conocida como outsourcing, consiste en movilizar recursos hacia una empresa externa a través de un contrato, en un proceso que no solo puede servir para ahorrar costes sino también para aportar valor a la primera empresa. La clave fundamental del éxito es tener claros los objetivos que se pretenden conseguir y saber lo que se subcontrata es tan importante como la manera de hacerlo.

    El outsourcing ha encontrado en la crisis un buen momento para su desarrollo, si bien no siempre resulta recomendable esta subcontratación y especialmente si supone perder el control de los procesos o traspasar formas erróneas de trabajo de una compañía a otra.

    No obstante, evitando el exceso de dependencia de la empresa externa y controlando que sus posibles errores no repercutan en la empresa principal, la externalización aporta algunas ventajas como:

    - Mejora de la calidad: en un entorno altamente competitivo y globalizado, no todas las empresas pueden llevar a cabo todos los procesos con la misma calidad y resulta recomendable que concentren sus recursos propios en aquellas actividades que mejor sepan realizar mientras radiquen las secundarias a terceras especializadas que garanticen los mejores resultados en sus áreas de trabajo.

    - Menores costes empresariales: el outsourcing permite ajustar el número de empleados en plantilla y ahorrar así en costes de personal e infraestructuras.

    - Concentrarse en su core business: la verdadera esencia de una empresa debe ser lo más importante para el negocio y la externalización permite relegar actividades secundarias a sus subcontratadas.

    - Mayor flexibilidad: permitiendo adaptarse mejor a las necesidades cambiantes del mercado y centrarse exclusivamente en las tareas importantes.

    Estos beneficios han hecho que la externalización haya trascendido el entorno de las grandes empresas y las compañías de outsourcing de servicios hayan empezado a adaptarse a las necesidades de las pymes españolas para distintos servicios relacionados por ejemplo con logística, facturación o gestión del punto de venta entre otros.

    Tal es el caso de las soluciones y servicios de impresión gestionada (MPS) como los que HP ofrece a las pequeñas y medianas empresas, enfocándolos desde una propuesta global e integrada para la gestión óptima de la información y los flujos de trabajo, logrando así mayor eficiencia en costes y poniendo especial foco en la seguridad.

    Y es que aproximadamente el 70% del mercado de impresión profesional se basa ya en la demanda de servicios y soluciones contractuales que engloban no solo la máquina sino también los consumibles, las soluciones y los servicios.

    En definitiva, un proceso que surgió para quedarse al optimizar los recursos y permitir así dedicar todos los esfuerzos en lo que realmente le aporta valor añadido a una compañía.