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¿Por qué Mapfre es una de las grandes damnificadas?



    Un inversor poco experimentado se preguntará por qué una aseguradora como Mapfre está en mínimos anuales. La aseguradora destina entre un 90 ó 95 por ciento de sus inversiones a renta fija, lo que le benefició los primeros meses del año, en el que el riesgo de impago de la deuda soberana era muy bajoa y se situaba la rentabilidad del bono español a doez años en un 4 por ciento, alcanzando su cotización los 3 euros.

    Sin embargo, tras la nueva tormenta de rescates de las economías europeas se ha producido un encarecimiento de los costes de financiación para el Tesoro, el bono alcanzó el 4,8%.

    Entre sus inversiones, un 15 por ciento es deuda gubernamental española y un 1,7 por ciento en bonos griegos, similar a la portuguesa, reflejando los problemas que viven los PIIGS.

    En palabras de Nuria Álvarez, analista de renta 4, destaca que "los incrementos en la deuda soberana le afectan a Mapfre, puesto que sus principales inversiónes son renta fija, siendo uno de sus principales riesgos, aunque tal vez el castigo que esté sufriendo sea excesivo". A pesar de ello, tiene aspectos positivos, ya que "presenta una buena estructura financiera y una buena evolución del negocio".

    Buenos resultados en América

    Mapfre presentó sus resultados de los nueve primeros meses de este año, en los que logró un alza del 10 por ciento en sus ingresos por primas de seguros con respecto al mismo periodo de 2009, destacando el fuerte incremento en su división de Mapfre Ámerica, que supone un 27 por ciento de los ingresos y destacando el caso de Brasil, que supone un 10 por ciento de los ingresos totales de la aseguradora. Estos resultados refuerzan las expectativas de que la compañía incremente en un 8 por ciento sus beneficios en los próximos tres años, según las previsiones del consenso de mercado.

    El consenso de analistas recogido por FactSet recomienda mantener la acción, con un precio objetivo de 2,96 euros.
    En lo que va de año, Mapre se deja un 25 por ciento de su valor en el parqué, comportándose peor que el IGBM, que cede sobre un 18 por ciento.