Sanidad
Los hospitales de Sanitas dejan su huella de carbono en mínimos
- Reducen voluntariamente sus emisiones en un 8% mientras apuestan por las fuentes renovables para toda la energía eléctrica que utilizan
Ismael Sánchez
Los hospitales de Sanitas sí creen en el cambio climático. No es algo sobrevenido porque llevan creyendo desde hace casi diez años, cuando comenzaron a trabajar en la gestión ambiental, fijándose en los consumos de recursos y la producción de sustancias que se generan en los centros sanitarios, que no son precisamente pocas.
Todo ello voluntariamente, porque pese a que tanto en la Constitución como en normativa estatal y autonómica se recogen preceptos relacionados con el medio ambiente, todavía no hay regulación que obligue a los hospitales a cuidar sus emisiones, como sí ocurre con otras actividades más contaminantes. Pero el impacto de los centros sanitarios también existe, es evidente, y se puede calcular, reducir y compensar.
En concreto, Sanitas Hospitales registró 3.715 toneladas de CO2 equivalente durante 2016, un 8,1% menos que en el trienio 2013-2016. La cifra incluye todas las emisiones de sus hospitales, en sus tres niveles de alcance, de acuerdo con el cálculo realizado por la Oficina Española de Cambio Climático. Reducir la huella de carbono no se consigue de la noche a la mañana: "Comenzamos con un plan piloto en el Hospital de La Zarzuela, seguimos con La Moraleja, los centros médicos Milenium y, al adquirir el Hospital CIMA, en Barcelona, hicimos lo mismo. Esta filosofía de trabajo es la que también aplicamos en los hospitales de colaboración público-privada de Torrejón y de Manises", explica Mónica Martín Decorpas, del Departamento de Sistemas de Gestión de Sanitas Hospitales.
Se trata de un sistema de gestión energética dirigido a reducir emisiones procedentes del consumo de gas, de la energía eléctrica y de los gases anestésicos, que no son muchos en volumen, pero que contaminan notablemente. Entre las medidas más importantes incluidas en este sistema, se encuentran las fuentes renovables como origen del cien por cien de la energía eléctrica utilizada en los hospitales de Sanitas, la implementación de sistemas de cogeneración, o la progresiva sustitución de vehículos convencionales por eléctricos en la flota de Sanitas Acude, el servicio de atención extrahospitalaria de la compañía.
Han sido precisos tres años para obtener esta reducción de las emisiones, un logro que ha culminado con la incorporación de Sanitas Hospitales al Registro Nacional de Huella de Carbono que, bajo el aval del Ministerio de Agricultura, mide y evalúa los esfuerzos por controlar los impactos medioambientales. "Manteniendo la actividad asistencial actual, es muy difícil que logremos reducir aún más nuestra huella", admite Luz Pagonessa, responsable de Sistemas de Gestión de la Calidad de Sanitas Hospitales. "Deberíamos cerrar algún hospital y, lógicamente, no se trata de eso".
Cuando la reducción ya no es posible o es muy difícil, es el turno de la compensación. Es decir, favorecer el medio ambiente mediante otras medidas activas. Sanitas Hospitales ha elegido participar en un proyecto de reforestación local, que son más costosos que los que se ejecutan en países en vías de desarrollo. En concreto, en la sierra madrileña de Gredos, mediante la plantación de 2.701 árboles, uno por cada niño nacido en 2016 en los hospitales de La Zarzuela y La Moraleja, que contribuirán a una necesaria mejora del aire que respiramos.
Agua y residuos plásticos
Pocos hospitales dedican tiempo y recursos a reducir su huella de carbono. Junto a los de Sanitas, es también destacable el ejemplo del Hospital Clínico San Carlos, de Madrid, que también está calculando sus emisiones para planificar medidas de reducción. Mirando hacia el futuro, el consumo de agua y los residuos plásticos aparecen como los próximos retos en los que las organizaciones sanitarias deberán centrar sus esfuerzos para contribuir a la mejora del medio ambiente, según coinciden Luz Pagonessa y Mónica Martín Decorpas, de Sanitas Hospitales. "La huella hídrica empieza a preocupar, porque los hospitales consumen mucha agua. Ocurre lo mismo con los plásticos: embalajes, sueros y todo tipo de bolsas, desde las que contienen las pruebas de rayos x hasta las que sirven para acumular la ropa de los enfermos… Antes que después, los hospitales también tendrán que concienciarse en estos ámbitos y en Sanitas ya hemos comenzado a hacerlo".