Política
CDC y ERC 'arrancarán' la secesión si consiguen mayoría absoluta el 27-S
Jordi Sacristán
Convergència y Esquerra van despejando las incógnitas sobre el programa electoral común con el que se presentarán a las elecciones autonómicas del próximo 27 de septiembre. Tras la firma el pasado lunes de la hoja de ruta en la que se fija un camino de 18 meses para llegar a la independencia, ayer las dos formaciones separatistas dejaron claro que las elecciones "serán plebiscitarias" y que, por lo tanto, sólo será necesario que los partidos firmantes sumen 68 diputados en el Parlament (mayoría absoluta sobre 135) para poner en marcha el proceso secesionista.
De esta forma, convergentes y republicanos descartan que sea necesaria una mayoría reforzada para iniciar la secesión de Cataluña. Sorprendentemente, en 2006, ambas formaciones votaron a favor del nuevo Estatut de Cataluña y en aquella ocasión apoyaron que la reforma de esta ley requiera "la aprobación de la reforma requiere el voto favorables de dos terceras partes de los miembros del Parlamento, la aprobación de las Cortes Generales por medio de una ley orgánica y, finalmente, el referéndum positivo de los electores". Así, aunque parezca paradójico, será más fácil declarar la independencia de Cataluña que reformar su Estatut.
Las encuestas electorales sitúan la suma de diputados de CiU y ERC muy cerca de esos 68 diputados, pero es que además ayer la CUP, que podría obtener media docena de escaños, aseguró que está de acuerdo con la mayor parte de la hoja de ruta pactada por Artur Mas y Oriol Junqueras y que estudia sumarse.
La incógnita será el papel que jugará Unió, que no ha firmado el documento. Su líder, Josep Antoni Duran i Lleida, ha puesto en marcha la plataforma electoral Construïm (Construimos) que podría convertirse en una alternativa para los votantes no separatistas de CiU y que podría restar diputados a Convergència.
Ayer tanto el coordinador general de CDC, Josep Rull, como la secretaria general de ERC, Marta Rovira, destacaron la importancia del preacuerdo de la nueva hoja de ruta. Ambos destacaron que una vez conseguida la mayoría, se abre un escenario de negociaciones con el Estado, con la comunidad internacional, de creación o ultimación de las estructuras de Estado y de creación de la constitución catalana a través de una convención constitucional. El referéndum que se realice para validar esta nueva carta magna catalana constituirá la proclamación de la independencia.
Críticas de PP y PSOE
Desde el Gobierno central, Mariano Rajoy, criticó la hoja de ruta de los catalanes, que es "mala para los catalanes" y para el conjunto de los españoles, e insistió en su defensa de la unidad nacional: "Ningún Gobierno va a permitir la ruptura soberanista", advirtió Rajoy ayer desde el Palacio de la Moncloa. Para el jefe del Ejecutivo, la decisión tomada por CDR y ERC "obliga a los catalanes a dejar se ser españoles" y se salta la legislación.
Desde el PSOE también criticaron el movimiento de "irresponsabilidad política" del independentismo, al que se oponen de forma "radical".