Política

El análisis: España, entre un PP desgastado y un PSOE aún sin renovar

    Rubalcaba, durante un mitin reciente | EFE


    En las últimas horas, se han conocido encuestas contradictorias. Por una parte, la encuesta de Metroscopia para El País otorgaba ayer domingo la victoria al PSOE por primera vez desde las elecciones generales de noviembre de 2011: la estimación de voto para el PSOE sería del 33,5%, frente al 32,0% del PP. Rubalcaba controlará las primarias del PSOE

    Sin embargo, hoy mismo, otra encuesta, de La Sexta, asegura que el PP ganaría una hipotéticas elecciones con un 28,5% del voto decidido, lo que significa que ha subido tres décimas en tres semanas. Por el contrario, el PSOE habría perdido dos décimas, bajando a un 23,4%. IU y UPyD se mantienen estables, con un 14,7% y un 12,7% respectivamente.

    ¿A quién creer? Probablemente sea muy difícil acertar en esta etapa de la legislatura, con los datos de situación muy poco estabilizados en todos sentidos. En una primera aproximación, parece más razonable la bajada del PP que registra la primera encuesta que la subida que anota la segunda porque es evidente que la decisión de la reformar la ley del aborto ha generado un rechazo muy visible contra la formación gubernamental. El sondeo de Metroscopia asegura que el rechazo a la ley es del 80% -con Gallardón en último lugar entre los ministros-, ya que no agrada a la mayoría de los votantes del PP, ni siquiera a quienes se declaran católicos.

    Punto de inflexión en lo económico

    En cualquier caso, estamos cerca del punto de inflexión en lo económico ?acabamos de salir de la recesión y hemos entrado muy tímidamente en la etapa de crecimiento- y es lógico que esta situación ambigua tenga su traducción numérica en los sondeos.

    A día de hoy, el PP ha sufrido un fuerte desgaste por las medidas socioeconómicas adoptadas y está por ver si será capaz de recuperar el aliento si se confirma ese incipiente optimismo económico que se percibe. Y el PSOE, por su parte, levanta con dificultad cabeza porque no ha procedido aún a la anunciada renovación que debería distanciarle del pasado: está amagando con las primarias pero aún no hay claridades ni certezas. Ni mucho menos caras nuevas capaces de dejar atrás la etapa anterior.

    Mal momento, en fin, para pronósticos, pero ya pueden adelantarse elementos que condicionarán el futuro: el devenir económico será fundamental, ya que si realmente el país se endereza y comienza a crearse ostensiblemente empleo, el PP, con todas sus carencias, se fortalecerá. Y en cuanto al PSOE, el porvenir pasa por la anunciada renovación, tantas veces anunciada que ya no puede eludirse. Si se produce ésta y el PSOE acierta en la entronización de personajes con poco pasado capaces de estimular la ilusión, la batalla de 2015 puede ser reñida. De momento, todo son futuribles muy difíciles de precisar.