Así se financia la UGT de Méndez: en 2012 obtuvo 48 millones de euros por cursos de formación

A través de una fundación que el mismo sindicato creó habría recibido 48 millones de euros de las arcas del Estado con el objeto de impartir cursos de formación, según El Mundo. Esta Fundación para la Formación de los Estudios Sociales a su vez contaba con dos filiales dedicadas a alquilar locales y comprar y vender material. El gerente de la fundación, IFES, y el tesorero de UGT, son la misma persona, Antonio Retamino. De esta manera, más de la mitad del dinero recibido -concretamente 23,3 millones- se lo quedó UGT a través de su fundación. Fuentes del IFES dan por hecho que esta es "una manera de lucrarse con las subvenciones y una vía para desviar fondos".

El origen del IFES

Hace 27 años, recuerda el citado diario, Nicolás Redondo creó este Instituto con la finalidad de dar formación a los trabajadores y parados. Hoy, Cándido Méndez lo ha transformado en una vía de financiación alimentada por las subvenciones del Estado.

El procedimiento sindical se articula del siguiente modo: UGT es quien solicita las subvenciones para la formación. Del mismo modo, son quienes contratan los cursos con esa fundación que depende del sindicato al 100%. A su vez, UGT cuanta con dos filiales (Formación y Localmur) con las que compra y vende el material didáctico, además del alquiler de los locales.

El tesorero y el secretario son el mismo

UGT es propietario del IFES en un 100%. Además, tiene participaciones directas del 5% y del 20% en Formación y Localmur, respectivamente.

Antonio Retamino Megías fue designado por Méndez para gestionar la Fundación IFES. En poco menos de siete años, las filiales de las fundaciones dispararon su patrimonio en un 200,2%, según las cuentas del IFES depositadas en el Registro Mercantil.

La sopresa -remarca la información de EM- es que las cuentas de ambas empresas -Formación y Localmur- se erigen como una de las sociedades más rentables del tejido empresarial español. Tanto es así que Formación 2020 registró un beneficio de facturación de 24,03% en 2012, comprando y vendidendo libros.

Fuentes próximas al IFES han calificado este entramado de empesas como "una manera de lucrarse con la subvenciones, una vía para desviar fondos".