Política

La hora de la verdad del Papa Francisco: los fieles quieren echar a un obispo derrochador

    Franz-Peter Tebartz van-Elst, frente a su residencia. <i>Foto: EFE.</i>


    El Papa Francisco contra Franz-Peter Tebartz-van Elst o, lo que es lo mismo, el apologista de la austeridad en el seno de la Iglesia católica contra el obispo derrochador: las dos caras de la Iglesia católica, frente a frente. El mitrado de Limburgo, al oeste de Alemania, ha tenido que viajar hasta Roma para explicar a la curia vaticana su lujoso nivel de vida: de hecho, Tebartz-van Elst gastó 31 millones de euros para renovar su palacio obispal, seis veces la cifra presupuestada. La construcción se había equipado con una bañera independiente que costó 15.000 euros, una mesa de un valor de 25.000 euros y una capilla privada de 2,9 millones. "Una Iglesia sin riquezas terrenales"

    Su parroquia está enfadada y reclama la destitución del religioso, que ahora intenta congraciarse y hacerse pasar por austero. Como muestra un botón: el viaje hasta El Vaticano lo hizo volando en Ryanair.

    El malestar su diócesis, sin embargo, es palpable y cientos de feligreses protestaron este domingo ante el templo de la ciudad, cuyas campanas repicaron trece veces -a las 12 del mediodía- a modo de "toque de advertencia".

    "Estoy seguro de que el obispo de Limburgo... afrontará esta situación con un espíritu de autocrítica", dijo a Reuters el arzobispo Robert Zollitsch, jefe de la conferencia episcopal alemana. Zollitsch, una de las figuras más altas de la Iglesia católica en Alemania, debatirá la crisis esta semana con el papa Francisco, que renunció durante su pontificado a los apartamentos papales por una residencia sencilla.

    La canciller Angela Merkel también ha tomado cartas sobre el asunto, al tachar el suceso de "gran carga" para los católicos. 

    La estrategia: entre Alemania y el Papa

    En Roma pero en paradero desconocido, el 'obispo del lujo' -como le han bautizado los periodistas germanos- intenta adelantarse a Zollitschy (ya ha enviado al sumo pontífice un informe detallado) y hacer valer su influencia sobre el prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el arzobispo Gerhard Ludwig Müller, para mantenerse en el puesto. Tampoco está claro si se verá cara a cara con el Papa Francisco.

    Tebartz-van Elst, cuyo estilo está más en línea con el modelo conservador de Benedicto XVI, también está acusado de mentir bajo juramento sobre un vuelo en primera clase para visitar programas de pobreza en India.

    Desde 1990, más de 100.000 personas dejan la Iglesia católica cada año, 118.335 en 2012, según datos de El País. Los alemanes, además de los impuestos sobre la renta habituales, destinan a la Iglesia adicionalmente el equivalente al 9% de su retención salarial, con lo que se estima que, de media, un católico paga anualmente a su Iglesia alrededor de 650 euros, informa Efe. Por ello, la Iglesia alemana tiene mucho interés en acabar con el problema: el Papa Francisco tendrá que tomar cartas en el asunto, es la hora de predicar con el ejemplo

    Proclamas de austeridad

    El Papa Francisco anunció hace menos de dos semanas que "la Iglesia debe despojarse de toda mundanidad espiritual, que mata el alma y a las personas y a la propia Iglesia".

    "Esta es una buena ocasión para invitar a Iglesia a despojarse, todos somos Iglesia, y todos debemos hacer el camino de Jesús, que ha hecho, un camino de despojo", sentenció.

    En la misma línea, el sumo pontífice de la Iglesia católica ha pasado de Mercedes y coches de lujo a pequeños y humildes utilitarios. Si primero escogió como vehículo oficial un Ford Focus, luego fue  visto a bordo de un Renault 4, el  conocido 'Cuatro Latas'.

    La austeridad lucha así por enraizar en la Santa Sede y ahora el Papa tiene ahora la ocasión de demostrar que sus proclamas no van de farol: es la hora de la verdad, la hora de los hechos.