El CNI niega haber ayudado a Corinna a no dejar rastro en el cobro de comisiones abriéndole dos cuentas secretas en Suiza

El CNI ha negado este miércoles haber abierto dos cuentas en Suiza a Corinna zu Sayn-Wittgenstein, bajo nombre falso, para el cobro secreto de comisiones por las gestiones realizadas para el gobierno español. "Es absolutamente falso, el CNI ha tenido intervención cero con la princesa Corinna", han explicado fuentes de la institución a Ecodiario.es.

Poco antes, la revista Interviú aseguraba que la princesa Corinna zu Sayn-Wittgenstein cobraba por sus servicios a empresas españolas a través de dos cuentas en Suiza abiertas por el propio CNI con un nombre falso pero con documentación española legal, como DNI y pasaporte. El CNI desconoce si Corinna relizó trabajos clasificados.

La revista asegura que este supuesto proceso de cobro de comisiones del 3% del negocio, negado ya por CNI a este periódico se habría realizado a través de dos bancos, el Bank of Scotland de Zúrich y el Private Bank de Ginebra. Una vez que el dinero estaba presuntamente depositado, un broker se lo enviaba a la princesa a través de cheques o de un poder notarial de manera que nunca se dejaba rastro de quien era el receptor final del dinero, que era finalmente la alemana.

El mismo director Felix Roldán negaba ayer que la institución haya encargado trabajos ni que sus agentes hayan participado en servicios de seguridad para su protección, pero Interviú insiste en que hubo  tres ocasiones en los que Corinna cobró de empresas y el CNI le ayudó a no dejar rastro de estas operaciones.

Primero, su intervención en el proyecto de la línea de alta velocidad en Arabia Saudí entre las localidades de La Meca y Medina que reportó unos 6.500 millones de euros. Otra de ellas, su ayuda a Gas Natural en el conflicto con Argelia que acabó en 2011 con un acuerdo positivo para la compañía española. Y la tercera mediando entre Lukoil y Repsol aunque finalmente el negocio no llegó a buen puerto.

Además de las comisiones, Corinna habría recibido a través de las dos cuentas ficticias de Suiza el dinero para sufragar sus viajes en avión privado que ascendían a 5.000 euros la hora.