Política

Las encuestas marcan un panorama de pactos difíciles para un PNV vencedor

    Íñigo Urkullu, candidato a Lehendakari del País Vasco | EFE


    Las últimas encuestas para las elecciones autonómicas vascas, que tendrán lugar el próximo domingo, confirman la esperada victoria del PNV, pero al mismo tiempo Urkullu no logra batir el listón de Ibarratexe en 2009, lo que le complica en extremo poder gobernar cómodamente y se le plantea un escenario de pactos muy complicado en un contexto en el que habrá de aplicar una política de intensos recortes económicos.

    El PNV se colocará entre los 24 y 27 escaños, con un porcentaje de votos que supera ligeramente el 33-34 por ciento como media (aunque el sondeo del CIS llegó a designarle el 36,2%), bastante lejos del 38,5 por ciento con que fue desbancado del Gobierno vasco 2009, en aquel año gracias al pacto PSE-PP y a la ilegalización que dejó fuera del Parlamento vasco a Batasuna.

    Este domingo se publicaron las encuestas de Ikerfel para Vocento, Gizaker para Deia y Sigma Dos para El Mundo, que estaban en la línea de la del CIS del pasado 5 de octubre. En todas ellas se constata que será imposible la reedición de la alianza PSE-PP para conquistar Ajuria Enea, ya que los socialistas sufrirán un duro castigo de casi diez escaños, mientras que el PP también se confirma a la baja, aunque logra contener su desgaste por haber apoyado a Patxi López. Por tanto los socialistas rondarán los 16/17 escaños y el PP se quedará 10/12 escaños.

    La victoria indiscutible, aunque insuficiente para formar gobierno, será la de EH Bildu que rondará los 21/22 escaños, gracias a una horquilla de voto cercana al 26 por ciento. Los resultados apuntan a que Laura Mintegi logrará doblar lo obtenido por la izquierda abertzale en las últimas elecciones a las que concurrieron legalmente, que fueron en 2005 bajo las siglas PCTV y que con un 12,4 por ciento del electorado se hicieron con los 9 escaños. En aquella legislatura el respaldo de la izquierda abertzale fue el que permitió a Juan José Ibarretxe obtener la mayoría cualificada para aprobar en el Parlamento Vasco su polémico plan soberanista.

    Por tanto, en esta última semana de campaña electoral, resulta irónico que el verdadero rival del PNV sea, por primera vez en la historia, un partido nacionalista. El PNV necesita movilizar a los indecisos para distanciarse de la izquierda abertzale y poder tener así mayor margen de maniobra de conformar los pactos para poder gobernar.

    Estos comicios harán que se reduzca la fragmentación política del Parlamento vasco, ya que por un lado está la coalición de nacionalistas de izquierdas en la órbita de EH Bildu, mientras que hay serias dudas de que UPyD alcance los votos necesarios para hacerse con un escaño, que de suceder sería por la mínima y en Álava.

    De ahí, que si aciertan las encuestas, Iñigo Urkullu sólo podrá pactar con EH Bildu o con el PSE para articularse como mayorías absolutas, ya que su propia bajada de votos invalida buscar el apoyo del PP.

    Lo que sí queda en evidencia es que el voto nacionalista ganará por goleada en los comicios vascos, ya que el voto no nacionalista apenas rondará el 40 por ciento. Además, en base a sistema electoral vasco la baraja parlamentaria caerá más del lado nacionalista.