Política
El 15M convoca caeroladas durante 3 días contra el BCE
4.500 mossos, 2.300 policías nacionales y 1.200 guardias civiles. Barcelona está blindada e incluso se ha suspendido el Tratado Schengen en la frontera gala. Sin embargo, los indignados del movimiento 15M quieren expresar su rechazo al Banco Central Europeo (BCE) con caceroladas que se extenderán entre este miércoles y el próximo viernes día 4 de mayo. En concreto, pretenden denunciar "el estado de excepción en que Barcelona se ve sumida por la celebración de esta cumbre", así como señalar las a su juicio políticas nocivas del BCE. Por si fuera poco, la Plataforma Unitaria en Defensa de la Universidad Pública (PUDUP) ha convocado para mañana una huelga estudiantil contra la subida de tasas universitarias: la Ciudad Condal será un hervidero y el conseller de Interior, Felip Puig, ya pidió un mando único policial por la cumbre, que además se celebra justo después de las marchas de trabajadores del primero de mayo.
"Nos da igual. 3M cumbre BCE. Hagáis lo que hagáis, acabaremos con vosotros". Este mensaje, que se puede leer en los carteles editados por el colectivo indignado, muestran el rechazo con el que se acoge la reunión.
La cumbre, que comienza este miércoles con una cena oficial en el Palau de la Generalitat, estará custodiada por un total de 8.000 agentes: la Administración no quiere que se reproduzcan los disturbios de la pasada huelga general, en la que la capital catalana se convirtió en un caos.
Las redes sociales, sin embargo, bullen con llamadas a la acción. Así, reclaman salir "al balcón, a la ventana o a las plazas de los barrios" a las 21.00 horas "para mostrar ruidosamente nuestra indignación". El movimiento pide que durante tres días los ciudadanos hagan sonar cualquier instrumento metálico durante 15 minutos.
Las fuerzas de seguridad, por su parte, están alerta para que no se produzcan disturbios. Así, se han establecido dos mandos operativos: mientras que la Policía Nacional se coordinará desde la Delegación del Gobierno, los Mossos dispondrán su cuartel de mando en la comisaría de la calle Bolivia.
Pasillo de seguridad
Esta misma mañana, los Mossos han montado esta mañana un amplio dispositivo policial en Barcelona para crear un corredor de seguridad entre el aeropuerto del Prat, donde han empezado a llegar algunas las autoridades, y el hotel Arts, en el que se alojarán.
Decenas de agentes de tráfico se han colocado a lo largo del recorrido entre el aeropuerto y el hotel y han ocupado con sus coches patrullas y con sus motocicletas arcenes, isletas, cruces y entradas y salidas de la C-31 y de la ronda litoral.
Fuentes de los Mossos d'Esquadra han destacado que, a diferencia de otras reuniones europeas celebradas en Barcelona, no se restringirá el tráfico en ningún momento y no se inhabilitará un carril para hacerlo exclusivo de circulación para las autoridades, como ocurrió en la última cumbre Euromediterránea.
Adiós a Schengen
Los agentes fronterizos también están ojo a vizor. Así, desde que el pasado 28 de abril España suspendió el tratado de Schengen en la frontera con Francia, la policía ha detenido a 17 personas y ha negado la entrada a España a otras 43. El objetivo es que ningún grupúsculo antisistema pueda colarse en Barcelona para crear problemas.
En concreto, la Guardia Civil controla aeropuertos y carreteras, mientras que los efectivos de la Policía Nacional vigilan edificios emblemáticos de la capital catalana que puedan ser objeto de actos vandálicos. Los Mossos d'Esquadra, por último, velan por el orden público.
Navajas y porras
Precisamente, este último cuerpo decomisió este martes máscaras antigás, gafas protectoras, navajas, porras, martillos y tijeras en los controles policiales efectuados durante una protesta anticapitalista.
También se han interceptado máscaras y telas para cubrir el rostro, botes de pintura y objetos punzantes, entre otros objetos susceptibles de ser utilizados para provocar incidentes durante la manifestación.