Política

La actuación de Rajoy decantará las elecciones en Andalucía y Asturias

    Los estrategia de Rajoy en Europa podría tener un resultado positivo en las urnas el 25-M. <i>Imagen:Archivo</i>


    La imagen de Mariano Rajoy se ha fortalecido indudablemente dentro de España -y también, seguramente, fuera- con la forma de manejar la reducción del déficit frente a Bruselas. Su traducción podría reflejarse en las urnas.

    La jugada hábil de Rajoy

     Ha logrado sortear el rigor merkeliano sin vulnerar las reglas de juego, y aunque será muy difícil que en 2013 se consiga el milagro de rebajar el déficit del 5,8% al 3 sin causar un gravísimo quebranto al país y prolongar la recesión que previsiblemente durará al menos todo el ejercicio actual, la jugada es hábil: de momento, el camino de austeridad aparece menos ennegrecido por el rigor.

    Y hoy mismo, en la reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera, se tendrá ocasión de advertir cierta relajación de las viejas tensiones, tanto por la leve alza del déficit tolerado ?del 1,3% al 1,5%- cuanto por la existencia de un clima de más permisividad, menos adusto y rígido aunque también inevitablemente riguroso.

    Probablemente, esta inyección de alivio, que relativiza un tanto la magnitud del ajuste y que suaviza psicológicamente la gravedad de los recortes que eran inexorables a juicio de casi todos, será un elemento más del impulso que podría llevar a Javier Arenas a la presidencia de Andalucía, cargo que las encuestas sitúan en el filo de la navaja toda vez que es realmente difícil para el PP lograr la mayoría absoluta en una región en que el PSOE, que ha gobernado treinta años, tiene extendidas tantas y tan densas redes clientelares. Será la cuarta vez que Arenas probará fortuna en esta lid, y aun recuerdan los viejos del lugar cómo en 1996 las encuestas daban al candidato popular 12 puntos de ventaja frente al PSOE, que sin embargo terminó ganando de nuevo las elecciones. Y hasta hoy.

    Cambio de aires en Andalucía

    En cualquier caso, algunos sociólogos políticos acreditados, de esos que tienen una intuición taumatúrgica además del oficio estadístico y de análisis de encuestas, aseguran que en Andalucía se perciben ciertos signos de voluntad de cambio que no tienen precedentes. Probablemente a causa de que el desgaste producido por tres décadas de ejercicio del poder, unido a una secuencia intolerable de episodios de corrupción de última hora, han formado inercias insólitas que podrían acabar dando paso a la alternancia. De cualquier modo, todavía puede ocurrir cualquier cosa en Andalucía, donde Izquierda Unida tendrá una significativa representación que aún no tiene decidida su posición con respecto al PSOE y que UPyD podría obtener también uno ó dos escaños.

    Las negras expectativas de Cascos

    En Asturias, puede decirse, a la luz de la encuesta de esta semana de 'La Razón', que el impetuoso Álvarez Cascos verá arruinadas todas sus expectativas: habrá un importante trasvase de votos y escaños desde Foro Asturias -la formación de Cascos- al PP, como parece lógico después de que el todavía presidente del Principado no fuese ni siquiera capaz de entender que era necesaria una gran disponibilidad personal para negociar en minoría nos presupuestos para la región.

    La colosal rabieta de Cascos, irritado por el supuesto desaire de su propio partido, que dio lugar a la formación de Foro, tenía una vida útil limitada, que ahora toca a su fin. Los asturianos también creen que, con todos sus defectos, los partidos convencionales son los mejores representantes de las tendencias presentes en la sociedad, en tanto las aventuras personalistas sin ideología -Foro Asturias- no conducen a parte alguna. En definitiva, el partido más votado en Asturias será probablemente el socialista, el PP tendrá más escaños que Foro y entre estos dos podrían lograr la mayoría absoluta. No será pues fácil la gobernabilidad si no cunde a raudales el sentido común, pero Rajoy podrá alardear de que su problema asturiano está en vías de solución.