Política

Baltasar Garzón dice adiós a su carrera judicial en el 31 aniversario del 23F

    Baltasar Garzón. <i>Foto: EFE</i>.


    A partir de este jueves, 31 años será para Garzón una cifra inolvidable. Treinta y un años hace que el magistrado aprobaba las oposiciones de juez, el mismo  día que años antes tuvo lugar el intento de golpe de Estado, y el mismo, en el que abandonará su carrera judicial una vez que se confirme la sentencia del Supremo.

    Trabajó como albañil, como camarero y también ayudó a su padre en la gasolinera de la familia. En 1981, Baltasar Gazón Real, nacido en Torres un 26 de octubre de 1956, aprobaba las oposiciones a juez, profesión que ejerció de manera interrumpida en varias plazas, para más tarde recalar en la Audiencia Nacional.

    De la instrucción a la política

    En 1993, Garzón desembarca en la política dada su estrecha amistad con José Bono, quien se encarga de acercarle a Felipe González en la ya célebre reunión de la finca de Patrimonio, Los Quintos de Mora, Los Yébenes, Toledo. El juez cuelga la toga por su nueva carrera y participa en distintos mítines a favor del PSOE. No en vano, Garzón irá como número dos por Madrid.

    Conocido por su lucha contra el narcotráfico en las operaciones 'Nécora', 'Pitón' o el 'Clan de los charlines', tras la victoria socialista, el juez pasa con rango de secretario de Estado - que no de ministro- a dirigir el plan Nacional contra la Droga.

    Vuelta a la Audiencia

    Este nombramiento debe suponer una frustración para el jienense. En menos de un año, Baltasar se despide de la política al no ver cumplidas sus expectativas y regresa a la Audiencia Nacional. Y no lo hace con perfil bajo. El juez instructor se mete de lleno en el 'caso Gal', adormecido tras su marcha de la carrera judicial, y activado hasta el punto de llevar al ministro José Barrionuevo a la cárcel, además de otros destacados dirigentes como Rafael Vera.

    Años más tarde, tras su lucha contra ETA en operaciones contra Batasuna, el Movimiento de Liberación Nacional Vasco, el cierre Egin, entre otras, Garzón recupera la celebridad de sus primeros años con casos como la causa contra Augusto Pinochet y las dictaduras en Chile y Argentina, su solicitud al Consejo de Europa para desaforar al entonces primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, o la búsqueda de Osama Bin Laden, jefe del grupo terrorista Al Qaeda.

    Durante este tiempo, y coincidiendo con el primer Gobierno del PP, el magistrado participa en la manifestación 'No a la guerra' donde leyó un manifiesto. Meses antes, el CGPJ estudiaba abrirle un expediente por un artículo incendiario contra Aznar.

    Su proximidad con Zapatero

    Su relación como magistrado con el Ejecutivo de Zapatero ha sido bien distinta. Sin duda la mejor en comparación con las de los presidentes Felipe González y José María Aznar. De esta etapa queda su actuación en el 'caso Faisán', y las críticas que la oposición popular vertió sobre la misma -en estos días se publican las citas secretas en Moncloa con Zapatero y Rubalcaba-.

    Finalmente, casos como la Memoria Histórica, los cobros de Nueva York o las escuchas de Gürtel, impulsadas por acusaciones particulares y organismos de ideología de derechas, cercaban la carrera del juez 'estrella', quien, tras la reciente sentencia del Supremo ha acabado prácticamente con su carrera judicial.

    Ayer, Baltasar Garzón pedía la nulidad de la sentencia. Y está dispuesto a llegar al Constitucional. De momento, este sábado, las calles de París le rinden un homenaje con una marcha por los aledaños de Pierre Brisson. Entre tanto, ya hay quien habla de la intención del juez instructor de volver a la política como ya hizo en 1993.