Política

Urkullu será reelegido por el PNV con Bildu enfrente

    El líder del PNV, Iñigo Urkullu.


    El Partido Nacionalista Vasco (PNV) celebra este fin de semana, los días 13 y 14 de enero, en el recinto ferial Bilbao Exhibition Center (BEC) su VI Asamblea General, de la que habrán de salir elegidos el presidente del Euskadi Buru Batzar (ejecutiva nacional -EBB-) y siete dirigentes más.

    La dirección del partido quedará completada más adelante, ya que al órgano ejecutivo nacional se incorporarán los presidentes territoriales de Vizcaya, Álava, Guipúzcoa, Navarra y País Vasco francés, que serán elegidos después en sus respectivas asambleas.

    Los retos del PNV

    Con esta asamblea el PNV es consciente de los grandes cambios a los que habrá dar respuesta política: desenvolverse en un escenario de paz; asumir y contrarrestar la pérdida de poder institucional; digerir que su oponente político principal ya no es un partido español, sino un nacionalista radical (Bildu, Amaiur o las siglas que adopte en las próximas elecciones); y la necesidad de llegar a las nuevas generaciones desencantadas con la clase política (efecto 15M).

    La séptima asamblea del PNV ha sometido a debate tres documentos en los que se pretende adaptar al PNV a todos: 'Estos cambios, a los nuevos tiempos: Trabajando el mañana', 'Euskadi, nación Europea' y 'Una reforma de los estatutos'. En dichos documentos el partido no da la espalda a la realidad, hace una radiografía de la situación, reconoce su pérdida de influencia y asume con madurez política que habrá de encontrar el camino para recuperar el respaldo social.

    La radicalización salió cara

    La experiencia del PNV de radicalizar sus posiciones soberanistas (véase la corriente liderada por Joseba Eguibar y Juan José Ibarretxe) ha tenido una dura respuesta electoral, primero asustando al electorado moderado y después no captando al más radical que ha sido conquistado por Bildu y Amaiur.

    La asegurada reelección de Iñigo Urkullu a la presidencia del EBB, con mayor respaldo interno que hace cuatro años, evidencia que el PNV tiene asumido que no renunciará a su código genéticO soberanista, pero que el camino requiere una modulación más dilatada y menos rupturista.

    El propio Joseba Egibar reconoció implícitamente su derrota al renunciar a presentarse como candidato alternativo a la presidencia del EBB. Las urnas han sido demoledoras en 2011 con el castigo al PNV guipuzcoano y alavés, mientras que únicamente el vizcaíno, el de las tesis más moderadas, logró mantener las dos principales instituciones (la Diputación Foral de Vizcaya y el Ayuntamiento de Bilbao), e incluso que reforzó sus mayorías en ambas.

    Esto tendrá su traslación en la asamblea del PNV, en que Guipúzcoa perderá peso en los órganos directivos frente a Vizcaya y Álava, viendo reducido su peso a un sólo representante.

    Nuevo estatus político para 2015

    El ADN del PNV es nacionalista y por tanto sus aspiraciones nacionales se mantienen.

    En el documento Euskadi, nación europea vuelve a plantear la necesidad de una nueva negociación con el Estado, para fijar un "nuevo estatus político" para Euskadi que supere al actual Estatuto de Gernika. La fecha para la consecución de dicho acuerdo la sitúan en 2015.

    Para el PNV el escenario de paz y el retorno de la izquierda abertzale al arco democrático ha de propiciar una nueva etapa de diálogo entre las formaciones políticas vascas que permitan alcanzar consensos para después establecer una nueva relación "bilateral" con el Estado Español.

    Objetivo Ajuria Enea

    El objetivo máximo y más inmediato que tiene ahora sobre la mesa el Partido Nacionalista Vasco es recuperar Ajuria Enea.

    Hasta hace unos meses esta misión se apreciaba más fácil partiendo de la premisa de la fidelidad de sus votantes y conjugando el retorno a la vía de la legalidad de la izquierda abertzale (véase Bildu o Amaiur) que complicaba que un nuevo pacto PSE-PP pueda volver a otorgarles mayoría absoluta en la Cámara vasca.

    Sin embargo, ha aparecido un nuevo adversario: Bildu-Amaiur. En este contexto, el PNV espera que cuando lleguen las elecciones autonómicas la coalición haya empezado a sufrir el desgaste del poder al frente de la Diputación de Guipúzcoa y de importantes ayuntamientos y por tanto que pierda el halo de romanticismo que les ha encumbrado electoralmente.

    De cara a las elecciones autonómicas, el PNV, a pesar de las polémicas internas vividas, mantendrá la bicefalia, por la cual el presidente del partido y el candidato a lehendakari serán dos personas diferentes.

    La renovación de cargos en el PNV ha tenido mar de fondo y tempestad pública. Las tensiones entre familias traslucieron después de que Iñaki Anasagasti criticase en público el sistema de elecciones internas. Pero el agua no llegará al río y el 14 de enero Iñigo Urkullu será presidente del EBB.