La exconsejera de Hacienda entre 1994 y 2004, luego ministra de Fomento hasta 2009, y hoy vicepresidenta del Banco Europeo de Inversiones, Magdalena Álvarez, trató ayer de echar balones fuera y eludir toda responsabilidad en el manejo de dinero público destinado para ERE desde 2000.La juez Mercedes Alaya le imputa los delitos de malversación y prevaricación y le acusa de "adoptar un procedimiento al margen de la ley" mediante la creación de una partida presupuestaria específica en 2002 para transferir dinero de la consejería de Empleo al IFA -hoy Idea- con el que pagar prejubilaciones sin control. Este sistema se iniciaría por parte de Álvarez, "puesta de acuerdo con otros", para agilizar los procesos de concesión de ayudas para respaldar ERE "y pretendiéndose como finalidad básica eludir el control de la legalidad que significaba la fiscalización previa". Y añade que el uso ilegal que se hizo de los fondos públicos manejados con este sistema fue permitido Álvarez. Pudo haber un "uso inadecuado" La exministra negó esta interpretación y aseguró que no creó la partida presupuestarias de 2002 para agilizar ningún trámite. Y que tampoco recibió presiones de los sindicatos para cambiar el sistema, tras las pegas de la Intervención de la Junta a unas ayudas para prejubilaciones a la empresa jienense Hamsa en 1999. Sólo reconoció, tras las insistentes preguntas de la juez, que pudo haber un "uso inadecuado" del sistema de la transferencia de financiación para dotar al IFA de recursos desde la consejería de Empleo, pero negó que hubiera una "presupuestación inadecuada". Mantuvo así la línea de defensa de la Junta de Andalucía, que considera legal el sistema. Más soprendente fue su respuesta a la pregunta de si conocía el fin de las distintas modificaciones presupuestarias que ella misma autorizó, o envió el consejo de Gobierno para su aprobación, por 125 millones de euros entre 2000 y 2003 para dotar de más recursos al IFA. Álvarez dijo que no conocía su destino ni tampoco conocía el convenio marco entre Empleo y el IFA de 2001, y tampoco "consideró" que debiera conocerlo. Con ese convenio nació el fondo de reptiles.