El idilio que mantenían PNV y PSE en las horas previas a suscribir el pacto para la gobernabilidad de Euskadi ha durado apenas unos pocos días. Aunque el pacto no corre peligro, si va a estar sembrado de tensiones. El PNV no ha podido soportar la presión del discurso provocador y casi triunfalista del secretario general del PSE, Patxi López, tras la rúbrica del acuerdo y se ha lanzado a la aventura de reclamar públicamente la consulta sobre el autogobierno vasco para 2015. López aprovechó y el pleno de política general del Parlamento vasco del jueves pasado para recordar que muchas de las premisas del acuerdo, eran parte del programa Socialista cuando estuvieron en el Gobierno, pero que será ahora el PNV quien las ejecute. También dijo que a pesar de que Urkullu tomó posesión como lehendakari hace ya nueve meses, es ahora cuando empieza la legislatura. La respuesta de Urkullu desde el Gobierno no se hizo esperar. El viernes anunció, en una entrevista radiofónica, que 2015 debiera ser plazo suficiente para celebrar la consulta (sobre el nuevo estatus político vasco) cuando sólo un día antes había esquivado dar cualquier tipo de explicación en el Parlamento para proteger el pacto que acababa de firmar con los Socialistas. Desde el PNV la reacción provino de la dirigente vizcaína Itxaso Atutxa que advirtió a los Socialistas que espera que "en pocos días, se acaben este tipo de reproches y de comentarios" porque "podemos superar límites que van más allá de la crítica política". La oposición en bloque El anuncio de Urkullu de su intención a celebrar la consulta en 2015, desde la legalidad y con amplio consenso, ha supuesto un terremoto en el resto de partidos. El secretario general del PSE-EE, Patxi López, advierta a Urkullu que si pretende es al "Pacto de Lizarra o al Plan Ibarretxe", tendrá enfrente a los socialistas. Sin embargo, el PSE no cierran del todo la puerta al debate al puntualizar, su portavoz Idoia Mendia, que si esa consulta se hace dentro de la legalidad y con un consenso amplio no ve por qué no ha de hacerse. Mucho más beligerante está siendo la presidenta del PP, Arantxa Quiroga, que además de rechazarla de plano ve que la consulta es una cortina de humo para desviar la atención de que el PNV es incapaces de gestionar en tiempos desde la escasez y por eso recurren "a un debate viejo". Desde el UPyD, Gorka Maneiro, asegura que no van a "pertenecer a una minoría silenciosa" ante "las ansias de separatismo" del lehendakari y del PNV. Por su parte Bildu reclama al PNV una estrategia más soberanista.