El mediador de la ONU dedica la tercera jornada a la oposición tolerada por el régimen

Hacia las 14.30 de la tarde hora local, el mediador de este cuarto intento de diálogo entre las partes beligerantes en Siria llegó al Palacio de las Naciones Unidas, donde tiene lugar el proceso, y unos veinte minutos después recibió a Jihad Makdissi, el líder del Grupo de El Cairo.

Antiguo portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores sirio, Makdissi dirige a uno de los grupos de la oposición tolerados por el régimen de Bachar al Asad, dado que no han pedido abiertamente la salida del presidente como prerequisito para el acuerdo.

De Mistura se reunirá más tarde con Quadri Jamil, el líder del denominado Grupo de Moscú, otra formación que es tolerada por el régimen porque tienen posiciones más moderadas que el conocido como Grupo de Riad, que ha dirigido hasta la fecha la Comisión Suprema para las Negociaciones (CSN).

La CSN está compuesta por grupos de opositores en el exilio y formaciones militares, por primera vez al 50 por ciento.

Y, también por primera vez, de los 21 delegados que componen la CSN, cinco representan los intereses del Grupo de El Cairo y del Grupo de Moscú.

En las tres rondas de negociación auspiciadas por la ONU que tuvieron lugar en 2016 estas dos formaciones no llegaron a integrarse en la CSN.

Esta vez sí que lo ha hecho, pero, a pesar de ello, las diferencias existentes han motivado que el mediador los reciba por separado, no sin quejas.

En varias comparecencias públicas, De Mistura ha dejado claro que su trabajo sería más fácil si solo tuviera que negociar con dos delegaciones, la oficial y la de la oposición, y anunció que no cejará en su intento de que esto se haga realidad.

Mientras, ayer, el mediador recibió al régimen y a la CSN, pero poco se avanzó en el proceso diplomático, dado que el doble atentado perpetrado en la provincia de Homs por la mañana dominó los encuentros.

De Mistura advirtió de que él mismo ya había anunciado que esperaban que se boicoteara el proceso con violencia, la oposición dejó claro que no pensaba abandonar el proceso, mientras el régimen exigió expresiones de condena, que obtuvo.

Las anteriores rondas de negociación fracasaron, precisamente, por la violencia sobre el terreno, a pesar de la supuesta vigencia de un cese de hostilidades, una tregua que, en teoría, también existe actualmente.