Mas no verá como 'president' el inicio del proceso de "ruptura" con España
Iván Gutiérrez (Barcelona)
En la política de gestos en el que está inmerso el Parlament de Cataluña en su pugna con el Gobierno español desde hace tres años, la acción que se llevará a cabo hoy es la más significativa y definitoria hasta la fecha.
La cámara celebra una doble sesión intensa. Por la mañana, se debatirá (y por ende se aprobará gracias al pacto entre la CUP y JxSí que tienen mayoría) la resolución rupturista por la que el govern y el Parlament dejarán de depender de las decisiones de las instituciones del Estado español. Por la tarde, a partir de las cinco, se celebrará el primer pleno de investidura donde, salvo sorpresa, Artur Mas no obtendrá suficientes apoyos para repetir como presidente de la Generalitat ya que su formación no tiene mayoría absoluta y, para esto, no cuenta con el apoyo de la CUP.
Ambas votaciones tienen mucho que ver entre ellas, puesto que la resolución rupturista ha estado supeditada a los deseos de la CUP, que ha impuesto sus postulados ante las cesiones de Junts pel Sí para intentar llegar a un pacto y poder investir a Mas. Lo cierto es que el actual president en funciones no ha hecho declaraciones desde su comparecencia en el Parlament cuando tuvo que dar explicaciones sobre los registros en la sede de CDC.
Resolución rupturista
La jornada matinal dará el pistoletazo de salida con el debate y la aprobación de la resolución de "desconexión" con el Gobierno español y sus instituciones en base a, según el documento oficial, la legitimidad que les otorga "una mayoría de escaños de las fuerzas parlamentarias con el objetivo que Cataluña acontezca como un estado independiente y con una amplia mayoría soberanista de votos y escaños que apuesta por la apertura de un proceso constituyente no subordinado".
Aunque no se cita la palabra "desobediencia" como la CUP deseaba, la resolución hace un claro alegato a la disociación de las instituciones catalanas a la ley y Gobierno español. La puesta en marcha del nuevo "Estado catalán en forma de República" se iniciará en un plazo máximo de 30 días con la tramitación de las leyes de la nueva constitución, la seguridad social y la hacienda pública catalana. Leyes que ya se intentaron poner en marcha y que están impugnadas por el Tribunal Constitucional (TC)
Para más inri, el viernes pasado se añadieron algunos puntos más al anexo donde se contempla una reestructuración de la deuda donde en caso de que el govern interpretase que existe una parte de la deuda que es ilegítima (por ejemplo en lo que se refiere a intereses), podría dejar de pagarse para dedicar más dinero a un "plan de choque social". Este plan de rescate tiene como ejes principales la pobreza energética, sanidad, vivienda, educación, garantía de libertades públicas, administraciones locales, personas refugiadas, aborto y financiación de un plan de choque social y gestión de la deuda.
Es decir, un decálogo de acciones contrarias a toda la obra de gobierno que ha hecho el Partido Popular a nivel estatal y que incluiría la desobediencia a la reforma de la ley del aborto, a la ley Wert, la ley mordaza y los recortes en sanidad y educación.
Aunque se prevé que todo quede en agua de borrajas ya que la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, alertó que ?en el minuto uno? tras la aprobación de la resolución, la maquinaria del estado recurrirá .
Opciones para la sorpresa
Este anexo lleno de intenciones no solo acontece como un gesto de cesión hacia la CUP, que con la inclusión de todas estas enmiendas cumple algunas de las condiciones que puso la formación a JxSí , sino que también sirve para contentar las demandas del grupo de izquierdas de Catalunya Sí que es Pot (ICV y Podemos), que pese a no ser independentista, sí está a favor de un proceso constituyente y del derecho de autodeterminación.
A pesar del carácter social de la resolución, Mas no cuenta con ningún apoyo ajeno a su candidatura para repetir como president. El que se presentó como número uno por JxSí, Raül Romeva, reiteró que "sólo hay un candidato, y ése es Mas", en alusión a la línea roja por la que la CUP dice que no traspasará, que es convertir a Mas como nuevo president.
Aunque no todo está dicho, el silencio de Mas deja tres alternativas: o la proposición de un candidato de consenso para comenzar el curso político (improbable por el momento), una presidencia simbólica (más improbable aún), o la opción cada vez más plausible de unas nuevas elecciones en caso de que el 9 de enero no se haya llegado a un acuerdo. Si bien es cierto, las elecciones generales marcarán un punto de inflexión decisivo.