Política

Alberto Garzón y la eterna jaula de grillos: quién es quién (y quién ya no) en IU

    Tania Sánchez en la rueda de prensa del jueves. <i>Imagen: EFE</i>


    Era demasiado bonito para ser cierto. En boca de gol, en el último minuto, en la recta de meta. Con el enemigo retrocediendo y los tanques plantados a las afueras de una ciudad más dispuesta que nunca a dejarse conquistar. En la última ladera empinada antes de la cima, en el prólogo de su oportunidad, en el paritorio de su renacimiento, Izquierda Unida ha vuelto a hacerlo. Se ha disgregado. Se ha pegado un tiro en el pie mientras sus manos forcejeaban por ver quién empuñaba la pistola. Ha pecado de su pecado original y ha desaprovechado una oportunidad de oro. Otra.

    Este jueves, Tania Sánchez tiraba de repertorio y negaba el 'factor Podemos' después de que su foto abriera diarios, webs e informativos: "No cambiamos un carné por otro, rompemos el cerrojazo de IU de Madrid al cambio y la unidad popular". Puede que no le falte razón. Pero lo del carnet suena como un eco del pasado. La de siempre.

    No solo por la marcha abrupta de Tania Sánchez, guinda mediática de una tarta envenenada, sino por la situación general dentro del partido -o del partido de partidos- es conveniente detenerse un instante para empatizar en la piel del político de Izquierda Unida que peor lo debe estar pasando en estos difíciles momentos. Alberto Garzón, líder aparentemente sensato y con cabeza renovadora, a todas luces 'confluyente' -ahora que tan de moda está el término confluir-, asume forzosamente el papel de ese ilusionado joven que se acaba de independizar de sus padres pero que todavía no tiene las llaves del piso. A pesar, claro está, de haber firmado la hipoteca hace tiempo. Así no hay quien limpie el gallinero.

    Es complicada la papeleta que le queda al candidato a la presidencia del Gobierno de la coalición en el año electoral por antonomasia, sobre todo en sus plazas más fuertes. La sensación general en la formación es que el cambio de caras quizás llega un poco tarde o, al fin y al cabo, pilla a la militancia con el pie cambiado y la vista puesta en otra parte. El problema de fondo, además de la fagotización de Podemos, es más o menos el mismo en todas partes: la sempiterna elección entre el partido o 'la gente', entre unas siglas o un proyecto de base en forma de 'candidatura de unidad popular'.

    Madrid: escisión y herida de muerte

    El terremoto se esperaba fuerte en 2015, después de la victoria de la candidatura Tania Sánchez-Mauricio Valiente en las primarias abiertas a la militancia y los simpatizantes. Pero la realidad ha superado cualquier previsión. Con la fractura abierta de par en par -unos apelando a la sacralidad de las siglas y Sánchez abogando incansablemente por articular un frente amplio con otras organizaciones- el primero en bajarse del tren a ninguna parte fue el concejal del Ayuntamiento de Madrid, Jorge García Castaño. Veinte años en el partido.

    "Por primera vez en más de dos décadas existe una posibilidad real de que las gentes de Madrid, desde un espacio compartido, amplio y plural, retomen el control de sus vidas y sus instituciones", señalaba una de las figuras más carismáticas -a pesar de su juventud- en IUCM el día de su adiós. Todo un síntoma de lo que quedaba por venir.

    Por otro lado, latía con fuerza la resolución de IU federal que instaba a la dimisión a los portavoces municipal y autonómico, Ángel Pérez y Gregorio Gordo, por su implicación en el caso de las tarjetas black. Ambos se negaron abandonar y se aferraron -y se aferran- al cargo parapetándose en la cúpula de IU en Madrid.

    Este mismo viernes, La dirección de IU ha abierto hoy un expediente disciplinario por falta "muy grave" a los dirigentes madrileños Ángel Pérez y Gregorio Gordo, en cumplimiento de lo acordado el pasado 30 de enero por la Presidencia Federal. Ese día la Presidencia de IU decidió no expulsarles y tampoco intervenir la federación madrileña, como pedían muchos dirigentes, entre ellos el candidato a las elecciones generales, Alberto Garzón.

    En cualquier caso, el puñetazo en la mesa lo acabó dando el Partido Comunista de España (PCE), que les acabó suspendiendo de militancia y abriendo un expediente de expulsión. Sin embargo, los comunistas también golpearon una segunda vez y anunciaron que el PCM abandonaba la coalición IUCM para buscar espacios de confluencia, es decir, integrarse en candidaturas de unidad popular junto a otras formaciones del tejido social. Una IU sin el PC. Situación clásica cuando las cosas se ponen turbias.

    El resto ya es de sobra conocido por lo reciente. Tania Sánchez abandona y el sector perdedor en las primarias, paradójicamente, se queda con IU en Madrid. De momento, el candidato elegido para las municipales, Mauricio Valiente, seguirá en IU porque, como declaró ayer mismo, él "si cree" en el proyecto político y en la "apuesta" que supone la candidatura de Alberto Garzón a la Presidencia del Gobierno en las próximas generales.

    Andalucía: Con CUT o sin CUT y la jugada de Díaz

    Por los andurriales de IU en Andalucía, la cosa tampoco anda muy boyante. Sumidos en uno de esos pactos con el PSOE que tantísimo desgaste provocan cuando se quiere caminar sin papá por los pasillos del Congreso, la coalición andaluza (IU-LV-CA) necesita que Madrid les pille muy, pero que muy lejos.

    Sobre todo ahora, en plena 'precampaña electoral' -signifique lo que signifique-, después de que Susana Díaz -ironías de la vida- fuera la encargada de romper un pacto de gobierno criticado sin ambages por muchas 'vacas sagradas' del partido. Con el ex vicepresidente Diego Valderas fuera de juego -no será candidato tras 13 años al frente de IU en Andalucía-, Antonio Maíllo coge las riendas de una formación que, como en casi todas las comunidades, tendrá que tratar de contener la sangría de votos hacia Podemos. Su primera valoración sobre Tania Sánchez no se ha hecho esperar: "Sánchez se equivoca. No tengo nada que hablar con ella", decía ayer tajante.

    La jugada de Díaz y su adelanto electoral han cogido a todos despistados. IU ha tenido que convocar unas primarias 'exprés' para elegir a sus candidatos por provincia con una duda surcando el cargado aire andaluz: ¿participará la CUT de Diego Cañamero y Sánchez Gordillo? Fuentes de IU entienden que sí. Mientras, desde el partido liderado por dos de las figuras mediáticas de la izquierda andaluza no se ve tan clara esta continuidad. La votación de candidaturas culmina el día 10. Dos días después, la asamblea nacional de la CUT votará la salida o no de IU cuando, por plazos, ya estén decididas las listas electorales. Por otro lado, los coqueteos de Cañamero con Podemos y Teresa Rodríguez finalmente no se han materializado en el ingreso en su candidatura.

    Asturias: Ribadesella y Madrid no están tan lejos

    Puede que si mencionas Ribadesella en Madrid todo el mundo piense en vacaciones en la costa asturiana. Sin embargo, si Izquierda Unida entrara en la frase, más de uno se sorprendería de las similitudes que se están dando con el caso de Tania Sánchez, en un ejemplo más de que en la coalición de izquierdas hay que ir siempre de la parte al todo.

    Y es que la pequeña asamblea de IU en la localidad ha planteado a la dirección regional, comandada por un criticado Manuel González Orviz, la renuncia a las siglas propias para presentarse en una candidatura llamada Pueblu, una agrupación de electores en la que activistas de izquierda llevan trabajando varias semanas para que sirva de bloque unitario con opciones de alcanzar la alcaldía en mayo. La respuesta de la dirección regional fue la esperada. Rotundidad en la negativa.

    El plato asturiano de IU, como no podía ser de otra manera, se va a servir caliente. Orviz quiso ser coordinador y candidato para concentrar poder y legitimarse, pero la vuelta del profeta Gaspar Llamazares a su tierra ha precipitado una nueva oleada de incomodidades internas. Llamazares se impuso y en mayo será el candidato a la Junta General del Principado de Asturias, con el consiguiente debilitamiento de Orviz frente a los militantes. El diputado nacional de IU, otrora corrdinador federal, tratará de frenar el trasvase de votos a un Podemos que en Asturias cuenta con uno de sus fortines tanto en simpatía como en estructura.

    Extremadura: cuatro años de 'Monaguismo'

    Seguramente a Pedro Escobar y a la dirección de IU en Extremadura todos los problemas del partido en otras regiones les parezcan un juego de niños. Porque la Izquierda Unida 'a la extremeña' no rompió la baraja, directamente la desintegró. Accedieron a hablar con el PP del outsider Monago por el irrefutable hecho de ser la lista más votada, algo nunca visto desde los tiempos de Anguita, y le dieron apoyo. Se abstuvieron en la votación de investidura y en muchas otras cuestiones que han permitido la gobernabilidad en base a un decálogo de 12 puntos (programa, programa) del que se cumplieron algunas cosas.

    "No se cumplió nuestro programa electoral, pero tampoco el del PP", dice un Pedro Escobar que ahora se tendrá que jugar la candidatura contra Miguel Manzaneda, que presenta una propuesta regeneradora, alternativa al sector oficialista, en confluencia con las tesis de Tania Sánchez. En esa cita y sobre todo, en las urnas, se podrá valorar realmente si el PP y el PSOE también empiezan a parecerse incluso en la erosión que provocan a Izquierda Unida después de apoyar uno de sus gobiernos.

    Cayo Lara, el caballero de la triste figura

    Que nadie sea capaz de decir una mala palabra en lo personal del aún coordinador federal de IU, Cayo Lara, habla muy bien de un político que, con su estilo, criticable o no, volvió a dejar al partido más o menos en su techo electoral. Pero Lara, como apuntó Anguita en una reciente entrevista, quizás no haya sabido adaptarse y modernizar el discurso ante una oportunidad histórica para la eterna tercera fuerza política española.

    O puede que simplemente se haya dado de bruces contra un muro llamado Podemos. Ayer, en rueda de prensa posterior a la voladura provocada por Tania Sánchez, Lara seguía insistiendo en que IU tiene el programa y la tradición, el verdadero proyecto de izquierdas. Hablaba de sorpresa por lo sucedido en IUCM y de la importancia de continuar insistiendo en "la convergencia por encima de los intereses personales". Pero siempre desde IU, siempre desde las siglas. Quizás, inevitablemente y en definitiva, Lara aún no se haya percatado de que, en medio de la sopa de letras, la preocupación de los ciudadanos esté más centrada en el mensaje que forman las letras, que en las letras en sí.