El análisis | Rubalcaba prefiere una sucesión ordenada
La decisión irrevocable de marcharse, a causa de los pésimos resultados obtenidos por el PSOE este domingo, dejó a Rubalcaba ante un dilema que fue rápidamente resuelto por él mismo, tras escuchar a la cúpula del partido: habrá congreso extraordinario en julio y no anticipación de las 'primarias' que se habían convocado ya para el otoño.
El precedente dejado por Almunia, quien dimitió y dio el portazo tras su fracaso en las elecciones del 2000, dejando el partido a cargo de una gestora, ha pesado sin duda en esta decisión del todavía secretario general, ya que ha querido organizar una sucesión ordenada, sin vacíos intermedios de poder.
A favor de esta fórmula, que parece la más prudente en tiempos de fuerte zozobra como los actuales, ha pesado sin duda la opinión los pesos pesados del partido y de los principales barones (y baronesas) territoriales. González, Guerra, Chaves y Griñán, de un lado, y Susana Díaz y Patxi López, de otro, han apostado por el congreso extraordinario. Lógicamente, el peso de la posición de la presidenta andaluza, Susana Díaz, ha sido fundamental ya que, además de ser su federación la mayor del PSOE y de representar el 25% de la militancia, Díaz ha superado al PP en diez puntos en las europeas, a pesar de haber registrado un importante descenso con respecto a los resultados de 2009.
Las elecciones primarias, que siempre generan sarpullido en los apparatchiks, son una institución ya irrevocable en un ambiente social como el europeo en que ha calado una gran desconfianza hacia la política y la ciudadanía exige la participación directa en la preparación de sus propios designios. Sin embargo, parecía un tanto alocado resolver la marcha de Rubalcaba -un peso pesado y una personalidad excepcional, se mire como se mire- mediante unas primarias a las que anunciaban su intención de concurrir diversos candidatos en su mayoría aún por hacer y madurar.
La solución Susana Díaz
Así las cosas, la fórmula congresual, en la que Díaz tendrá un papel arbitral incuestionable, parece más adecuada, sin perjuicio de que puedan mantenerse las primarias para la provisión de los sucesivos cargos electos. En realidad, todo apunta a que Susana Díaz podría alzarse con la secretaría general del PSOE, bien para proseguir como presidenta de Andalucía -lo más probable-, bien para postularse a candidata en las generales. En el primer caso, las primarias podrían continuar celebrándose según lo previsto, y según proponía el propio Rubalcaba en la rueda de prensa en que anunciaba su dimisión.
Rubalcaba, un político de raza y un personaje honrado y brillante, no ha sido en fin capaz de superar los efectos de la gran crisis, que le tocó gestionar como hombre fuerte del Gobierno de Zapatero en la anterior legislatura. De hecho, aquella atribución, seguramente injusta, de ser el emisor de 'la herencia recibida', le ha impedido difundir su mensaje de modernización del viejo socialismo, por lo que su marcha es ineludible para que la gran formación de centro-izquierda de este país pueda recuperarse de su postración. Ahora habrá que ver si sus epígonos están a su altura y si consiguen que le PSOE remonte el vuelo